Si te asusta meterte en cambios de distribución y no hay nada que te dé más pavor que derribar tabiques, visualiza el resultado e imagina una casa sin estrecheces y a tu medida. No pienses en las obras como una tortura, sino como en una auténtica liberación.
Objetivo: ampliar la cocina
Ha sido el patito feo de la casa durante tantos años que miras tu cocina -diminuta y con 'vistas' al patio de luces– y eres incapaz de imaginar el cisne en el que puede convertirse pero una buena reforma puede hacer magia en ella.
¿Cómo? Tienes varias opciones: si el problema son los metros, aprovecha las obras para 'expandirla hacia las estancias contiguas. Integra en ella esa habitación –igual de diminuta y sin luz– que usas poco menos que de trastero (aunque oficialmente sea la de invitados); en los metros ganados, seguro que puedes colocar armarios suficientes para guardarlo todo. Unifica cocina y comedor –¿para qué quieres un office estrecho teniendo todos esos metros que usas poco más que en Navidades y fiestas de guardar?–. O incluso elimina las separaciones entre la cocina, el comedor y el salón, para disfrutar de un espacio diáfano y compartido. Es tendencia.
Gana una galería
Muchos pisos antiguos tienen galerías o lavaderos y, a veces, te los encuentras en los lugares más insospechados. Utiliza los metros extra que pueden darte para ampliar la cocina, el salón, el dormitorio o incluso para ganar un cuarto de plancha de lo más funcional y, de paso, haz que estos espacios se vean más luminosos. Los cerramientos acristalados son tus aliados para ello: invierte en unos con perfilería de buena calidad y doble cristal, para garantizar el aislamiento y el confort.
Multiplica los armarios
No, no se trata de que vayas colocando módulos sin ton ni son en cualquier hueco libre (y no, que la puerta no se abra del todo no es una opción). Si te vas a embarcar en una reforma, márcarte como prioridad ampliar el espacio para guardar y ataca el problema desde la base: siéntate con un plano de tu casa e identifica posibles ubicaciones para nuevos armarios empotrados.
Una pista: los distribuidores, pasillos y recibidores son candidatos perfectos –si no tienen suficiente anchura, siempre puedes ganar unos centímetros a las habitaciones contiguas. Sustituye el tabique convencional por un armario de suelo a techo con frentes correderos, lisos y sin tiradores, en el mismo color de las paredes ¿por qué el vestidor no puede estar en el pasillo junto al dormitorio?
Apuesta por muebles a medida
Vuelve a coger el plano de la vivienda. Ahora, se trata de ubicar estanterías empotradas en algunas paredes seleccionadas, de manera que puedas aprovechar hasta el último rincón de la estancia, por difícil que sea, sin que se resienta la sensación de amplitud del espacio. Y es que esa es la principal virtud de este tipo de muebles a medida: que son muy tan funcionales como poco invasivos, ya que se mimetizan con su entorno sin saturar. Los paneles de cartón-yeso (quizás los conozcas por la popular marca Pladur) y los aglomerados de madera son perfectos para realizar todo tipo de diseños y composiciones y aceptan todo tipo de acabados: pintura, papel pintado, cerámica, etc.
Mira hacia arriba
¿Cuántas veces has mirado esos techos altísimos y 'regios' de tu casa sin ver realmente sus posibilidades? Ha llegado el momento de que dejen de ser un incordio a la hora de colgar una lámpara o de caldear la estancia en invierno y de que se conviertan en superficie útil.
Basta con un metro de altura extra para poder construir un altillo por el que poder moverse y que puede ser no solo espacio de almacenaje, sino una forma de liberar el espacio que ocupa una cama doble en un dormitorio o incluso una zona de chill-out en una habitación juvenil.
Y, si tienes menos altura, no te preocupes: una alternativa también práctica pasa por elevar zonas dentro de la casa (con unos 40 cm bastará) con tarimas para ganar zona de trastero debajo.
Instala puertas correderas
A veces no hacen falta complejas obras para ampliar una zona de la casa, sino soluciones que te permitan aprovecharla al máximo. Y, ahí, las reinas son las puertas correderas. Generalmente empleadas para 'agrandar' estancias pequeñas, como cocinas y baños, las versiones con hojas de gran formato en todo tipo de acabados abren todo un mundo de posibilidades a la hora de conectar o independizar ambientes según la ocasión y se convierten en auténticos tabiques móviles. Hay modelos para cualquier necesidad: desde las empotradas que se ocultan en el interior de los muros hasta finas hojas superpuestas en materiales como vidrio templado, que dejan pasar la claridad incluso cerradas.
Una buena entrada
Seguro que has oído mil veces eso de que el recibidor es el encargado de dar la primera impresión de tu casa. No vamos a discutirlo, aunque sí que para lograrlo sea necesario derrochar metros a los que podrías estar sacando partido durante más tiempo a lo largo del día.
Tienes dos opciones: o convertir el recibidor en un lugar funcional, que cumpla funciones que, de otro modo requirirían espacio en otra parte de la casa (como espacio de almacenaje para los abrigos, zapatero o incluso un pequeño trastero) o conectarlo con otra estancia para ampliarla. Esta última es perfecta para esos recibidores 'gruta', en los que no se cuela un rayito de luz ni por casualidad y ¡qué mejor impresión de tu casa que poder verla desde la entrada!
¿Puedes permitirte ese distribuidor?
Un distribuidor que solo es eso, puede resultar un lujo innecesario. Si de verdad quieres darte un lujo (práctico), diséñalo para que se convierta en un espacio en una zona polivalente, que puedas usar como estudio ocasional, vestidor anexo a tu cuarto o incluso completo planchador (piensa en la de viajes que te ahorrarás al guardar la ropa...). Las claves: una iluminación funcional que responda a los usos que le darás, muebles estudiados y de dimensiones contenidas y accesorios prácticos que aprovechen las paredes sin estorbar la circulación.
Elimina los pasillos
Debes estar dispuesto a vivir en una casa abierta y sin compartimentaciones, a la manera de un loft. Esta distribución te permitirá utilizar todos los metros útiles incorporándolos a los distintos ambientes, sin zonas 'muertas'.
La distribución dependerá de la planta de tu casa, aunque la opción de 'alinear' las distintas zonas de uso es una de las que mejores resultados ofrece. ¿Te preocupa el tema de la privacidad? Hay soluciones: dispón los dormitorios y los baños en los extremos –si se trata de una planta alargada– o crea accesos directos a las habitaciones desde las zonas de día con puertas que se disimulen con la pared. Hay modelos enrasados que apenas se distinguen del tabique en el que se encuentran y que incluso pueden adoptar los acabados de este.
Añádele metros
¿Siguen faltándote metros? Mira hacia fuera. Un patio interior, un pequeño jardín o incluso una terraza amplia pueden darte ese desahogo necesarios. No te vamos a engañar, una obra de este tipo requiere una cierta inversión y, según cómo se realice, un proyecto técnico que avale la ampliación de la vivienda y el consiguiente permiso de obras. Pero no es menos cierto que la superficie añadida no solo mejorará tu calidad de vida sino que revalorizará el inmueble, e incluso puede abrirte posibilidades como, por ejemplo, trabajar desde casa. Eso sí, siempre y cuando lo hagas con todas las consecuencias, y tengas en cuenta criterios como el aislamiento térmico y acústico de los materiales empleados.