¿Viejos? Para nada. Los muebles antiguos, aquellos que llevan en casa de la abuela toda la vida o que teníamos la del pueblo, son ahora objeto del deseo de especialistas y enamorados de la decoración. Y es que solo con su presencia consiguen que cualquier espacio resulte único, que adquiera al instante muchísima personalidad. Es hora de devolverles el protagonismo. De recuperarlos, hacerles un lavado de cara quizá o ayudar a que se reinventen y adquieran una nueva función. Y no solo a los muebles, sino también a pequeños objetos antaño cotidianos. Aquí te damos muy buenas ideas.
Una cómoda renovada
¿Has reorganizado el dormitorio y no sabes qué hacer con la antigua cómoda? Piensa en ella como un aliado del orden y en el provecho que puedes sacarle, por ejemplo, en el salón. Si es de madera barnizada y quieres renovar su aspecto, puedes optar por un efecto lavado. Para ello, limpia el mueble y líjalo, para eliminar el barniz. Después, frota en la dirección de la veta con una disolución de agua y lejía para que adquiera este tono blanquecino, tan de moda.
Cajas versátiles
De vino o de fruta, las cajas de madera se reinventan y se convierten en bandejas para los aliños de cocina, maceteros rústicos... ¡e incluso en zapateros!
Muebles de jardín, ahora en el office
Los muebles de exterior también pueden encontrar su lugar dentro de casa. Aquí, unas sillas y una mesa de hierro forjado crean un rincón de office ligero y campestre. Son muebles estilizados, que caben en poco espacio y, al ser plegables, son fáciles de guardar y transportar. Si están en mal estado debes decaparlos y aplicar, primero, un producto antioxidante y, después, pintura especial para metales.
Una mesa como bajolavabo
Hay muebles que, por su belleza e historia, merecen una segunda oportunidad. En nuestra galería podrás ver un bajolavabo que, aunque no lo parezca, procede de una panadería. Es una mesa panera con arcón, que se ha adaptado a la perfección a un baño rústico gracias a la tonalidad de su madera de castaño. Su tamaño y su espacio interior han permitido empotrar dos lavamanos sin problemas. Para que la madera resista bien las condiciones del baño sin perder su belleza ni deteriorarse, lo ideal es tratarla con un barniz hidrófugo incoloro.
De las ventanas al cabecero
El aire colonial de un dormitorio puedes conseguirlo con una pieza reciclada. En la galería te mostramos un cabecero muy especial: se trata en realidad de un biombo, que recuerda unas persianas mallorquinas. También podemos reaprovechar unas bonitas contraventanas de madera (puedes conservar su aspecto con aceites vegetales para protegerlas y realzar su veteado). Y también puedes crear un cabecero muy original con un portón antiguo o incluso con las puertas de un viejo armario con molduras. Eso sí, hay que restaurarlos bien.
Velas decorativas
¿Tienes tazas o vasos desparejados? No los tires y crea unas velas únicas. Basta con llenarlos con parafina caliente, poner una mecha y dejarlos enfriar. Si les añades unas gotas de aceites esenciales, perfumarán. Puedes reutilizarlos las veces que quieras.
Una vitrina como armario
Esta vitrina ha pasado de albergar la vajilla y la mantelería a ser un bonito armario auxiliar para la ropa y los complementos. Su parte acristalada es perfecta para las prendas de uso diario, que quedan a la vista y son más fáciles de localizar. Mientras que sus puertas correderas son ideales para esconder una zona de zapatero o para guardar la ropa de casa. Si tienes ropa blanca en la vitrina, queda muy decorativo pintar la trasera en un color más intenso que el resto del mueble.
Convierte una cama en un sofá
Los niños crecen muy rápido, y no todos sus muebles pueden crecer a su ritmo. Pero siempre puedes darles un nuevo uso, como en el dormitorio que verás en la galería de fotografías, decorado por Olga López de Vera: la cama que se había quedado pequeña se ha convertido en un sofá de día con mucho encanto. Para que sea cómodo, es importante arrimarlo a la pared, que hará de respaldo. Bajo una ventana, puede ser un romántico banco. Escoge unos cojines bien mullidos y de distintos tamaños. Los de la espalda deben ser los más grandes y bastante duros.
Una bolsa de pan con trapos de cocina
Abres un cajón de la cocina y descubres que tienes más trapos de los que nunca vas a utilizar. ¿Qué haces? Muy sencillo, transformarlos en otra cosa. Desde una práctica bolsa para el pan, hasta unas fundas para las cojines del office o un mantel de diario. Elige para ello los trapos de una estética más clásica, a base de crudos y blancos y con rayas y cuadros en rojo o azul. Ten en cuenta que para una bolsa del pan solo necesitas un par de ellos cosidos y un dobladillo para pasar el cordel.
Un baúl a modo de mesilla de noche
Baúles y arcones son de los muebles más versátiles en decoración. No solo sirven para guardar, sino que dan superficie de apoyo y, según su tamaño, hasta plazas de asiento. En la galería verás un diseño cuadrado a base de lino y cuero ribeteado, que hace las veces de mesilla de noche. Su altura, de unos 60cm, es la ideal. Si quieres guardar cosas dentro (libros, mantas, zapatos de otra temporada…), no llenes en exceso su sobre, o no será práctico.
En el dormitorio, los baúles son un buen comodín a pie de cama, ya sea como práctica descalzadora o como repisa para mantas y cojines. Y, en el salón, pueden ser prácticas mesas de centro o auxiliares, siempre en función de su tamaño y forma.
Una tocinera que hace de isla
Nunca han dejado la cocina del todo, pero de sus usos originales (amasar pan, servir comida, fabricar embutidos...), han pasado a tener otros. Así, los modelos más bajos y pequeños (típicos de Castilla y Andalucía), son ideales como mesas de centro o auxiliares, y los más grandes y altos (originales del Norte) se convierten en prácticas islas, como aquí, y hasta en mesas de comedor. Las reconocerás por la robustez de su madera de pino curado, tosco y muy resistente. Si la usas en la cocina, mejor que la protejas con aceite de linaza purificado.
Jarrones únicos
Un salero sin tapa, una botella de licor, una copa… Dales una nueva vida y crea con ellos una composición para decorar, por ejemplo, la mesa de comedor. Elige un mismo tipo de flor o un color y haz que esté más o menos presente en cada recipiente.