El mercado de viviendas de alquiler va a la alza. Además, a la hora de abandonar el nido familiar, es la opción más rápida y económica. Al buscar piso entran en juego muchas decisiones relevantes: en qué zona se ubica, los metros cuadrados útiles que tiene, si es exterior o interior, si es luminoso o vas a vivir en la penumbra y sobre todo, ¡sobre todo!, el presupuesto.
Y cuando ya has encontrado el piso que se ajusta más a tus exigencias (y bolsillo), toca otra fase: personalizarlo. Es el momento de hacerlo tuyo. La clave está en darle tu estilo sin que altere las condiciones originales del piso (muchas veces blindadas en el contrato), y que no supongan un gran desembolso.
Y si por algún rincón tenemos que empezar, ¿por qué no por el recibidor? Es tu tarjeta de presentación. Aquí tienes unas cuantas ideas que necesitan una intervención e inversión mínima para que tu recibidor se convierta en el que siempre habías soñado.
Paso 1: lo más básico
Entras por primera vez en el piso que dentro de poco será tuyo y piensas, "con una mano de pintura, va a quedar estupendo”. Aprovecha y usa tonos claros para que el recibidor gane en luminosidad y amplitud.
También puedes darle un tono desenfadado y jugar con vinilos y colgadores. De verdad, un trozo de pared se puede convertir en el recibidor que necesitas con muy poco presupuesto. O incluso crearte una pequeña galería de arte combinando cuadros, pósters, láminas y fotografías.
Para completar esta fase es muy importante la luz. Un buen recibidor tiene que tener luz potente pero también ofrecer un ambiente cálido. Estudia bien la luz para que ningún rincón quede en la sombra.
Paso 2: es hora de vestir tu recibidor
Pregúntate qué necesitas para que tu recibidor sea funcional, práctico y bonito. Intenta aprovechar el espacio al máximo, como por ejemplo con un banco donde puedas guardar desde zapatos hasta complementos. Pero no lo sobrecargues. Un espejo te ayudará a multiplicar la luz y crear sensación de profundidad, con lo que el recibidor parecerá muuucho más grande. Si el pavimento no está en muy buen estado, usa una alfombra para cubrirlo. Es tu mejor aliada. También puedes decorar con muebles reciclados o probar de hacerlos por tu cuenta. ¡Atrévete!
Paso tres: la guinda del pastel
Es la hora de los detalles. Aquellos que, sin duda alguna, destilan tu estilo y personalidad. El verde siempre ayuda. Decora con una planta o tus flores favoritas y llena tu recibidor de frescura y alegría.