Tengas el exterior que tengas, ha llegado el momento de disfrutarlo intensamente. Te invitamos a comer junto a la piscina, a merendar en el porche y a relajarte en la terraza. ¿Te apetece?
Comer junto a la piscina
Porque la vida en verano transcurre en el exterior, decóralo para poder disfrutar de él durante todo el día. Prepara una gran mesa para comer con la familia o los amigos y multiplica los asientos combinando sillas, bancos y butacas. Crea una zona de estar a la sombra, para relajarte y hacer la sobremesa o el café; y otra de solárium con unas tumbonas y una sombrilla para descansar entre chapuzón y chapuzón o hacer la siesta. Elige muebles resistentes al exterior, piezas fáciles de mover, ligeras o con ruedas, y textiles que te ayuden a dar calidez y color, como estos a rayas en rojos y azules, muy marineros. Y para no tener que entrar casi en casa, una pequeña barbacoa móvil te permite cocinar mientras disfrutas del aire libre y de tus invitados.
Una merienda en el porche
¿Qué mejor lugar para una merienda entre amigas? Elige unos colores o un motivo para la decoración, aquí son el rosa, el blanco y el menta, y coordina todos los elementos en esa paleta. En la mesa, cuida cada detalle: coloca los dulces en un pastelero, utiliza conos y bolsas de papel para las golosinas y combina platos, vasos y servilletas de distintos estampados. Después de merendar, pasad a la zona de estar, que también debes vestir con los mismos tonos. No te olvides de llenar de cojines el sofá y las butacas, poner algún plaid por si al atardecer refresca un poco y, si tienes niños, despeja para ellos la mesa de centro para que puedan pintar o hacer manualidades.
Desconectar en la terraza
Convierte la terraza en un tu refugio privado donde relajarte, cuidar las plantas, leer... Aprovecha una esquina con un banco bajo: no interfiere las vistas y suma muchas plazas de asiento para cuando hay visitas. Destina un rincón especial, con un poco de sol y sombra, para cuidar de tus plantas y confeccionar arreglos y ramos para decorar tu casa. Si quieres ganar intimidad, coloca las macetas por todo el perímetro de la terraza y juega con las alturas, pon algunas en el suelo, otras encima de un banco o de una mesa... Y siempre que puedas, opta por plantas autóctonas, que se adaptan mejor al clima y requieren menos cuidados, y flores de temporada: se encuentran en su mejor momento y son más económicas.