Llegaron para quedarse porque los vinilos siguen siendo tendencia. Dan un toque personal y divertido a tu casa, y llenan, sin ocupar un centímetro, los espacios más vacíos. Además, los puedes poner donde quieras: paredes, techos, suelos, cristales e incluso muebles, electrodomésticos y detalles como tazas o jarrones.
Resistentes y suaves
De PVC en acabado mate resisten y aportan un look más natural porque parecen pintados. Son perfectos para colocar sobre paredes pintadas, muebles, cerámicas e incluso cristales. Y los vinilos de tela, más cálidos, son ideales para la habitación de los niños por su calidez y porque puedes retirarlos de forma fácil y sin dejar marcas en la pared cuando el peque crezca y ya no quiera ser pirata.
Ponlo aquí... o aquí y aquí y allí
Puedes decidir decorar un rincón con un vinilo, que tiene una forma y un dibujo concretos que no puedes dividir o bien decorar con stickers. Los stickers son adhesivos que puedes pegar distribuyéndolos en distintos puntos. Por ejemplo, con topos como estos puedes decorar una pared como si fuera un papel pintado o separarlos fácilmente para dar un toque especial a muebles o piezas decorativas.
De lo más mini a lo más maxi
Los hay de todos los tamaños. Pequeños como para darle una gracia a los interruptores o a las tazas del desayuno y tan grandes como para cubrir una pared entera. Son los vinilos murales.
Arreglos mágicos
Los vinilos o los stickers también pueden servirte para disimular pequeños desperfectos, por ejemplo, un golpe o una raya en la nevera. O para conseguir más intimidad en el baño, colocándolos en las mamparas. Estos son los vinilos al ácido, que suelen ser gris perla y permiten el paso de la luz pero no transparentan. Y pueden decorar dándote practicidad, como en el caso de los vinilos pizarra, geniales para los más peques y para un estudio como este.
6 pasos para colocar un vinilo
- 1. Prepara. Limpia bien de polvo u otros restos la superficie donde vaya a ir el vinilo y sécala completamente.
- 2. Mide bien. Determina con suaves marcas de lápiz (que puedas borrar luego) el área que vaya a ocupar. Si quieres que quede bien recto, ayúdate de un nivel de burbuja.
- 3. Pon cinta de carrocero. El vinilo viene protegido por dos láminas (una siliconada en la que está adherido y otra transparente). Coloca cinta de carrocero en el lado superior de la lámina transparente para pegarla en la pared y que no se mueva cuando retires la siliconada.
- 4. Posiciona el vinilo. Fija bien la cinta en la pared mirando que el vinilo quede dentro de las marcas de lápiz. La lámina transparente debe quedar fuera y la siliconada, en la pared.
- 5. ¡A por ello! Despega por detrás poco a poco el papel siliconado, vigilando que no se rompa o se pegue mal. Mientras tanto, ve presionando la lámina transparente por delante con un trapo para que el vinilo se transfiera bien. Hazlo de dentro a fuera para evitar arrugas o burbujas.
- 6. Quita el papel transparente. Hazlo con cuidado para no levantar el vinilo. Y si te ha quedado alguna burbuja, pínchala con un alfiler y presiónala con un trapo. ¡Listo!
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