Pon tu casa (aún) más bonita

No se trata de que conviertas tu casa en la de Cruella de Vil, pero en los meses de más frío, una piel por aquí o un borreguito por allí harán tu casa más cálida. ¿Dónde ponerlos? Hay dos sitios clave: en las sillas (del comedor, del estudio...) y a los pies de la cama. Es un gusto pisar una alfombra peludita al levantarte. ¿A que apetece sentarse en esta butaca de mimbre, de Valentina shop, con esta piel tan mullidita?

Con un jardín en su interior, dan un aire sofisticado a la mesa. Puedes usar flores de tela o naturales. Si eliges la segunda opción, al recoger la mesa, déjalas respirar, destápalas y ponlas en agua. Además de flores, si pones una guirnalda de luces (las hay que funcionan con pilas) en el interior de la campana de cristal, añadirás un toque de brillo a la mesa. En ésta hemos puesto flores de tonos rosados (a juego con las copas y el mantel). 

No es necesario que reformes el baño, sólo que crees un ambiente relajante, casi de hammam, con muy poco esfuerzo. La luz de las velas es el primer paso para conseguirlo. Enciéndelas en la bañera, el tocador, el suelo... Elige alguna aromática (no todas, para no cargar el ambiente) y ponte una música relajante. Prepara un baño de burbujas y desconecta, es tu momento.

¿Qué necesitas? Un asiento cómodo, pueden ser unos pufs, unas colchonetas o un rincón lleno de cojines. Un lugar para estar algo incorporado y leer, descansar, pensar... ¿Y qué más? Un buen libro, la luz de las velas y un poco de silencio. Si puedes, apaga el móvil. Aquí, mueble de madera, puf y reposapiés de Home Deco.

 Un sencillo portavelas de alambre y cristal envuelve la luz de las velas de un encanto mágico. Colócalas en pareja o en trío sobre una consola, la embocadura de la chimenea o el poyete de la ventana.

Una vela blanca es, a priori, algo sosa para un centro de mesa. Pero si la colocas en un pedestal y la rodeas de pimienta rosa y musgo se convierte en un elegante centro. Si la mesa es larga, puedes alinear varias. ¡Sencillo y muy chic!

Agrupar las plantas (o las velas) de tres en tres funciona. Porque el tres es un número mágico en decoración. Una bajita y colgante delante, una mediana en medio y la más alta, detrás. Gracias a este juego de alturas, todas lucen y no se tapan.