La distancia entre bulbos a la hora de plantarlos también es importante. Entre ellos, si son grandes, deja unos 12cm de separación y si son pequeños, entre 8 y 10cm. Y en cuanto a la profundidad, húndelos el doble de la altura que tienen. ¡Ah! y ten en cuenta plantarlos con la punta hacia arriba para que el brote pueda salir bien.
Tras plantarlos, lo único que deberás hacer es regarlos y... ¡esperar a que nazcan!
En agua
Otra opción para plantar bulbos de forma muy decorativa es hacerlo en agua. Se llama cultivo hidropónico. Para realizarlo necesitas un recipiente que no permita que el bulbo se sumerja por completo. Para que brote bien, debe quedar menos de la mitad del bulbo sumergida en agua, y cambiar el agua cada 10 días para evitar que crezcan hongos y pudran la planta.
Duración y mantenimiento
Para que te duren el máximo dentro de casa, no los coloques en corrientes de aire o cerca de la calefacción. Lo ideal sería ponerlos cerca de una ventana con buena luz sin que reciban el sol directo.
Si los tienes en maceta, una vez entran en reposo, espera a que se marchiten los tallos, córtalos y saca los bulbos de la tierra. Límpialos bien y guárdalos envueltos en un papel de diario para quitarles la humedad. Así, cuando llegue el otoño o la primavera (en función de la especie que sea), podrás volver a plantarlos. Haciéndolo así pueden llegar a durarte ¡hasta 8 años!
En cambio, si los plantas en un jardín, puedes olvidarte de ellos y ya verás como el próximo año vuelven a florecer. Eso sí, cambiarlos de sitio cada año ayuda a que no pierdan calidad de floración.
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