Si vives en un piso compartido con varios amigos, por muy idílico que suene todo al principio, con el paso del tiempo siempre surgen roces, conflictos o una sensación de poca identidad con el espacio.
Lo más importante a la hora de vivir con otras personas es poner ciertas normas que permitan que todos se sientan como en casa:
- Compartir responsabilidades: Distribuir las tareas domésticas por turnos, de esta forma todos se sentirán involucrados y facilitará que la casa esté limpia y ordenada.
- Respetar las pertenencias de los demás: Y sí, con esto hablamos de su comida, el papel de baño, su champú… no cojas nada que no sea tuyo, al menos, pregunta antes.
- Procurar espacios de intimidad: Puedes lograrlo con la distribución de los muebles o colocando, como os contamos en la galería, algún biombo o corredera para separar espacios.
- Pensar en que detrás de ti, viene alguien más: Una regla de convivencia básica, es decir, si tú acabas de prepararte la cena y dejas los platos sucios y todo por medio, cuando llegue tu compañero a intentar hacer lo mismo, se encontrará con tu desastre y estamos seguros que su reacción, no será buena.
- Tu dormitorio, tu reino: Allí podrás darle rienda suelta a tu creatividad, decorar a tu gusto, limpiarlo (o no), pintarlo, llenarlo de luces o dejarlo en tinieblas. Invierte en esta zona, para que tengas un espacio en el que te sientas totalmente cómodo.
