Tabique por aquí, pared por allá… Cuando hablamos de zonas en las que la privacidad no es condición sine qua non, ¿por qué poner obstáculos? Elimínalos y apuesta por los cerramientos de cristal en paredes completas o medias, en puertas y también zonas de paso. ¡Y que se haga la luz! Al eliminar las barreras la iluminación natural se cuela por todos los rincones y los espacios, que quedan comunicados, parecen muchísimo más grandes. ¿Dónde poner estas paredes transparentes? Aquí lo verás claro… ¡Mira, mira!
Poco ruido y mucha vista
El propietario de esta casa quería ver a sus hijos mientras trabajaba en su estudio, pero mantener el ruido de las fieras a raya. La solución: instalar un tabique acristalado que, en su parte inferior, es cerrado. Una idea muy acertada de la interiorista Meritxell Ribé, de The Room Studio. El cristal aísla el ruido, pero a la vez unifica visualmente los espacios. Además hace que la luz natural circule de lado a lado de la planta, lo que permite arriesgar un poquito con la paleta cromática de las paredes. ¿Te atreves con un gris oscuro? ¡Mira lo bien que queda cuando hay tanta luz!
Cristal de aumento
¿Ampliar el recibidor y aumentar la seguridad de la escalera? ¡Compro! La decoradora Lupe Rebollar ha convertido este recibidor, estrecho y alargado, en un espacio lleno de luz simplemente sustituyendo la barandilla de madera por una de cristal, que hace que la luz de la primera planta llegue también hasta el recibidor. Ojo al dato: para que el cristal sea seguro debe ser laminado, con un grosor de 4 mm más la lámina y otros 4 mm de cristal. Amplía la entrada todavía más con la magia del blanco pintando las paredes y el techo de este color. ¿Un toque de calidez? Pues toca madera, ya sea la tarima del parqué, que también reviste las escaleras, o en muebles como las consolas.
Mini suite
En este pequeño dormitorio abierto al baño, la luz y el espacio son un lujo que no se puede desperdiciar. Para sacar el máximo partido se ha creado un murete de madera que, por un lado, hace de cabecero y, por el otro, es la mampara que cierra la zona de ducha. Para ganar intimidad sin perder luz, el cristal combina una parte translúcida, arriba, y al ácido, abajo. Además, esta todo pensado: la misma estructura del cabecero esconde las instalaciones de interruptores y luces. Pero, ¿cómo integrar ambos espacios? Unificando el look. En este caso se ha utilizado la misma madera de roble tanto para el parqué como para el murete, el bajolavabo y la base de la cama.
Luz y almacenaje: doble ración
Siempre queremos más, y es que somos insaciables. Sobre todo cuando se trata de luminosidad y espacio en casa. Aunque esta cocina tenía salida al exterior, el arquitecto Albert Blanch no se conformó y quiso ampliarla todavía más. ¿Cómo? Abriendo un hueco de 200x150 cm en el tabique que separa el office del recibidor y acristalándolo para dejar fluir la luz. Vista sí, olfato no: aunque los dos espacios quedan visualmente conectados, los olores se mantienen a raya. Este tabique, al estar solo abierto por la parte central, incluye muchísimo espacio extra de almacenaje: arriba casilleros y, abajo, una consola de poco fondo para no restar espacio y que, a la vez, es una práctica repisa. ¡Si es que hay espacio hasta para la vajilla de la abuela!
¡Visto cocina!
Cuando un decorador abre las puertas de su propia casa, ¡la curiosidad es doble! Pues está claro que habrá utilizado los mejores trucos de su repertorio. Y, por lo que vemos, la luz sigue siendo la grandísima estrella invitada, a la que no solos se le abre la puerta de bienvenida, sino las ventanas de par en par e incluso larguísimas paredes desaparecen para dejarle paso. Para su propia casa la decoradora Jeanette Trensig diseñó un tabique de cristal de suelo a techo, realizado por Inivell, que rodea la cocina como si fuera una pecera. Et voilà! De un espacio cerrado y oscuro, ahora pasa a ser el corazón de la casa. Al fondo, las puertas plegables que siguen el mismo diseño que la pared acristalada, y se recogen hacia los lados, conectan el salón con la cocina, con lo que estos espacios se pueden separar o unir en un plisplás. Además, ¡tienen truco! El estar se transforma en habitación de invitados. Unos screens ocultos en el techo cubren los cristales ¡y listo!
Paredes invisibles
Si no te gusta, ¡tírala! Pues claro que sí, las paredes están muy bien para distribuir y para las habitaciones donde se necesita intimidad, pero en las zonas diarias y comunes muchas veces están de más. ¿Quieres ampliar visualmente la cocina? Pues tira la pared o sustitúyela por una de cristal. En este proyecto la decoradora Bárbara Sindreu ha hecho un poco de ambas cosas: ha recortado parte del tabique que separa la cocina del comedor y ha sustituido su puerta ciega por una de cristal. El truco: para que todavía parezca más grande elige cristales sin perfiles. ¡La mínima expresión! Además, cuando estés en la cocina ya no tendrás la sensación de perderte todo que ocurre en el comedor...