Las casas son como las personas, en los meses de invierno, a veces, se dejan un poco y tapan sus "kilitos de más" con capas. Por eso la inminente llegada del verano es la excusa perfecta para ponerla en forma, sin pasar por el gimnasio, despejarla y refrescarla. ¡Que empiece la operación bikini! Cuanto antes se ponga, antes notará los resultados.
Pon a régimen la entrada
¿De verdad necesitas todos esos bolsos colgados en el recibidor? ¿Y esa chaqueta? ¡Si hace un calor! Empieza la dieta por la primera impresión de tu casa. Con solo que pongas un poco de orden ya notarás la diferencia. Porque tener colgadores y casilleros en la entrada es muy práctico, pero no lo es que estén llenos de cosas que no necesitas tener a mano.
Y si quieres que tenga luz natural todo el día ahora que la claridad se alarga tanto, coloca un espejo estratégicamente para que refleje una ventana y ¡zas! luz de la buena (y gratis) hasta la hora de la cena. ¡Si es que por algo nos gustan tanto los espejos!
Mucha tela que cortar...
En las ventanas di adiós a las dobles cortinas. Con unas de lino finitas o unos visillos es más que suficiente. Verás cómo, de golpe, tus ventanas hasta parecen más grandes. Y ojo, como hay tanta luz, te puedes permitir una tela de color o con un estampado pequeño. Si es muy tramada no te manchará tanto. Si dudas, repasa los 10 desastres que debes evitar al elegir las cortinas.
Y lo mismo en los sofás. Si son desenfundables, toca la funda de verano de lino o algodón en un color clarito. Y si, por ejemplo, tienes un sofá de terciopelo, precioso y cálido en invierno pero algo caluroso para el verano, también puedes ponerle una funda más ligera o un plaid por encima para que la idea de sentarte no te de sofocos.
¿Necesitas tantos cojines?
Si antes de tomar posesión del sofá te tomas un tiempo para apartar los cojines es que tienes demasiados. Igual sí que en invierno te gusta sentirte más arropado, pero en verano necesitas que corra el aire. Así que quédate solo con uno más que las plazas del sofá y listos: si es de tres plazas con cuatro cojines es más que suficiente.
Y, por supuesto, cambia sus fundas para darle un aire más fresco y desenfadado al salón. Juega con colores alegres y combina lisos y estampados. Puedes elegir una tonalidad y jugar con ella, como los azules que son perfectos para dar un aire veraniego, o combinar dos que se entiendan a la perfección: como rosa y verde o mostaza y azul. ¡Nos encantan! Ya sabes que los cojines son poderosos.
Reduce la talla de tu armario
No se trata de tu armario se haga más pequeño, sino de que guardes menos cosas. El criterio para decidir qué se queda y qué se va es sencillo: quédate solo lo que te pones y te gusta. ¿Y con lo que dudes? Haz la prueba de algodón y póntelo a ver cómo te sienta. Y aquí sí que tienes que ser crítico: si te va pequeño o grande, se ve pasado de moda o tiene algún desperfecto... despídete para siempre.
Piensa que acumular no te da la felicidad y que el desorden te quita un valioso tiempo que puedes dedicarte a ti. Mira las claves para que tu casa te haga más feliz.
Y de puertas para adentro
Aprovecha que tienes menos cosas para que reine el orden en tu armario. Ya sabes, cada maestrillo tiene su librillo, aquí puedes refrescar el método de las gurús del orden . Nosotros te recomendamos el doblado vertical de Marie Kondo para las prendas ligeras como las camisetas; el sistema de secciones de Alicia Iglesias para agrupar los objetos y que todo tenga su sitio; y la búsqueda de la belleza y la funcionalidad de Cloti Martínez Peinado.
¿Lo que tampoco falla? Son cajas para agrupar los complementos y que no estén por todos lados, perchas múltiples para que optimizan el espacio y ordenar las prendas por colores, que además de práctico queda muy bonito.
Pasa revista a cada estancia
- En el salón: Es buen momento para deshacerte de aquel pequeño auxiliar que siempre está por en medio y te quita más espacio que otra cosa. Aplica el menos es más
- En la cocina: Aprovecha y haz limpieza de los gadgets que no has usado ni una sola vez y de los trapos de cocina que has utilizado demasiado.
- En el baño: Despeja la encimera todo lo que puedas, si solo está el jabón de manos mucho mejor. Y en el armario, no tengas más repuestos que una perfumería. Con uno de cada es suficiente.
- En el dormitorio: Quítale capas a la cama te interesa que esté "fresquita". Elige unas sábanas de algodón o lino, ligeras y agradables, una paleta cromática fresca en tonos que, además, te ayudan a descansar como verde y azul, y solo una colcha ligera por si por la noche refresca.
Haz que enseñe su piel
Enrolla las alfombras más gruesas y deja que tu casa enseñe un poco más de piel. No sufras, no te decimos que no pongas alfombras –ya sabes que nos chiflan– solo que tengas algunas menos y que sean de veranito de fibras o de algodón. No hace falta que sean lisas, nos gustan las de rayas y las que tienen estampados geométricos o étnicos: están de moda y dan mucha alegría.
Y aplica el mismo criterio para la mesa. Guarda el mantel hasta el suelo y sustitúyelo por individuales o caminos de mesa ligeros que dejen su sobre a la vista. La mesa lucirá contenta y el comedor ganará un aspecto más relajado e informal.
Elige materiales exhibicionistas
Son materiales que te dejan ver a través de su silueta y que, por tanto, no impiden el paso de la luz ni la continuidad visual. ¿Nuestro favorito? Las fibras naturales en todas sus manifestaciones: mimbre, ratán, yute...Son naturales y cálidas y tiene una vocación nómada: perfectas tanto para interior como exterior.
¿Y para los complementos? No hay nada como el cristal. Tiene un extraña atracción con la luz. La atrapa con su reflejo y la multiplica por toda la casa. Un jarrón, un portavelas, una damajuana... Bien colocados se convierten en casi una lámpara más.
Que no falte el verde
En toda dieta que se precie no faltan las ensaladas ¿verdad? Pues en la deco operación bikini el verde también es muy importante. Dentro de casa porque su sola presencia es un soplo de aire fresco que anima tu alma, da color y te ayuda a bajar la temperatura.
Y si tienes un balconcito o una terracita también, pero sin pasarse. No dejes que se descontrolen porque, entonces, no dará sensación de vergel sino de dejadez. Si tienes enredaderas ponles tutores para que sigan el camino adecuado y elimina las hojas que se queden "feas". Para todo lo demás, ¡que viva el verde!
¿Qué tal? ¿Cuántos kilos dirías que ha perdido tu casa después de esto? Si te has quedado con ganas de más, tienes más consejos en nuestra galería.