En el resto de la casa podemos hacer de más y de menos, pero en el dormitorio, cuando empiezan a bajar las temperaturas, toca cambiar la ropa de la cama.
En invierno, como ya tenemos la calefacción encendida, todo se normaliza, la temperatura es constante y ya sabemos a qué atenernos cuando vamos a dormir, pero ahora andamos como locos subiendo y bajando las mantas de nuestros pies. Y lo hemos de aceptar y prepararnos para que así sea, si no queremos pillar el primer resfriado de la temporada.
Tiempo de colchas
Las colchas son las estrellas del entretiempo antes de que ganen por goleada las fundas nórdicas. Las más ligeras, las de verano, se quedan cortas cuando empieza a refrescar por la noche. Los primeros días de otoño pueden ser suficiente las de piqué, que siguen siendo ligueras porque no llevan ningún tipo de relleno. Y cuando necesitamos un poco más de temperatura, pasamos a las de boutí, que sí que aportan un poco de acolchado, ganando volumen y presencia en la cama.
Y a partir de ahí, podemos empezar a sumar capas con plaids y mantas que subirán o bajarán a los pies de la cama cuando sea necesario. Porque los pies son un punto conflictivo para mucha gente, por algo existen de toda la vida las colchas de pie de cama.

EL MUST DE INVIERNO
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Eso sí, es importante que todo lo que se quede en nuestra cama sea ligero y a la medida para que no pese, no se desmonte y nos resulte cómodo. Por suerte, cada vez existe más oferta y los materiales son más cálidos y pesan menos.
En la cama siempre es muy recomendable utilizar fibras naturales, que faciliten la transpiración, pero quizá más en estos días en que los cambios de temperatura son bruscos y algunos días los calores todavía nos pueden pillar desprevenidos.
Directos a la funda nórdica
Si eres friolera o vives en una zona fría o, simplemente, las fundas nórdicas te parecen el invento del siglo, encontrarás rellenos muy ligeros (a partir de los 100gr.) para empezar a usarlos desde ya mismo. Eso sí, aunque los elijas sintéticos, que sean de buena calidad para facilitar las transpiración. Una opción muy recomendable en estos casos es escoger los nórdicos 4 estaciones. Son un juego de dos rellenos de diferente gramaje que se pueden juntar y que permiten tener 3 versiones diferente. Por ejemplo, uno de 150gr., otro de 200gr. y la suma de los dos que sería 350gr.
¿Cuando encender la calefacción?
En esto de la temperatura ideal es muy difícil recomendar y acertar, porque cada uno lo vive a su manera, cada casa es un mundo y cada persona también, pero lo que es cierto es que los expertos van bajando la temperatura que se considera sana para dormir por la noche. Actualmente recomiendan no subirla de los 20º C para que no se genere un exceso de humedad en casa (sí, es curioso, a más temperatura, más humedad).
Los colores del entretiempo
Cuando bajan las temperaturas, los colores se empiezan a calentar. Van perdiendo algo de luz y brillo, se vuelven más viejos. De los tonos de entretiempo, el beig es la transición perfecta entre el verano y el otoño.

CAMBIO DE ESTACIÓN
Alerta deco: hora de poner los colores del otoño
La naturaleza nos marca siempre, casi sin darnos cuenta, los colores que necesitamos. En otoño los bosques se visten de ocres y rojizos y así suelen ser las combinaciones ideales en casa y en el dormitorio.
Hay una regla no escrita que dice que cuanto más frío, más oscuro, por eso, cuando se va acercando el invierno, se van acercando los tonos al marrón y se oscurecen los grises.
Si no quieres ir cambiando constantemente la ropa de cama, lánzate a las piezas reversibles. Las puede hacer a medida o las puedes comprar, cada vez hay más propuestas en mantas, plaids, colchas, cojines... Lo ideal es combinar un liso con un estampado o un tono más fresco con otro más cálido, para cubrir todas las estaciones.