Son el perfecto aliado del orden. Sus múltiples cajones, armarios y vitrinas convierten el caos en armonía, y además dan un toque especial a tu casa. Te mostramos los más característicos
Una cajonera a medida
Las cajoneras y archivadores son los muebles de oficio más buscados, afirman desde Merc&Cía. Y es que su infinidad de cajones ofrecen mil y una posibilidades para guardar. Eran piezas que solían ser muy grandes, por lo que a día de hoy se venden a trozos y hasta se realizan por encargo imitando el estilo de las originales.
Escritorio con estilo
Una mesa de notario, un buró o un secreter comparten su capacidad para crear una pequeña zona para trabajar o revisar papeles en un rincón. Los diseños con persiana o cajones en el sobre son muy indicados para tener a salvo del polvo y a mano las facturas pendientes de revisar. Como se trata de piezas de bastante fondo (unos 75 cm) este añadido no interfiere el uso de la mesa.
Los archivadores
Tan prácticos como decorativos, según el tamaño de sus cajones son perfectos para guardar desde documentos (su función original) hasta cedés y deuvedés. Además de todo tipo de complementos.
Un mueble de imprenta
Los muebles de artesano, como los de imprenta o las mesas de joyero, son muy versátiles actualmente gracias a sus baldas, cajones y armarios. Son perfectos para guardar útiles de la cocina o el comedor y sus cajones de diferentes alturas también lo hacen el complemento perfecto para una zona de vestidor.
Tus colecciones en un expositor
Un mueble recuperado tiene la capacidad de revalorizar cualquier decoración y dar un toque personal. Un mostrador antiguo, por ejemplo, es muy útil a modo de joyero, ya que te permite visualizar rápidamente tus piezas. Si lo prefieres, puedes darle una función más decorativa. Puedes guardar en ella fotos antiguas, recuerdos de familia o dibujos infantiles. Por su altura, es ideal a modo de separador.
De antiguo costurero a joyero
Cajoneras antiguas de mercería, expositores de hilos... Los pequeños auxiliares con muchos compartimentos son muy útiles a modo de joyero o de auxiliar en un dormitorio infantil para sus pequeños tesoros. Para que sean más prácticos puedes ponerles ruedas.
Una vitrina de mercería
Es un mueble tan práctico como decorativo para el comedor. En general, se trata de piezas que se caracterizan por tener una zona de vitrina hasta el techo, lo que resulta muy útil para sacar el máximo partido al espacio, y toda la parte inferior organizada a base de cajones de diferentes alturas. Son perfectos para tener a mano desde la mantelería hasta la cubertería.
Un aparador antiguo
Los muebles con vitrina tienen tantas procedencias (bibliotecas, museos...) como diseños. Su principal característica es que al estar realizados por ebanistas con madera maciza, y no aglomerado como muchos de hoy en día, duran muchos años. En este sentido, los expertos en restauración aconsejan mantener, siempre que se pueda, las baldas de origen. No solo porque decorativamente el mueble lo agradecerá, sino también porque la madera es maciza. Si se han curvado, basta con humedecerlas y ponerles peso para que recuperen su forma original.
Cristales con historia
Las vitrinas tienen la ventaja de que exponen sin que entre el polvo. En las piezas originales los cristales estaban soplados manualmente, por lo que hay vidrieras que tienen pequeñas burbujas que atesoran su antigüedad. Evita cambiarlos a menos que estén muy deteriorados.
Un archivador como separador
Contar con 28 cajones en el recibidor es un auténtico desahogo para el resto de la casa.Y más si el mueble hace de separador con el salón, ya que entonces puedes usarlo para guardar las mil cosas que acumulamos allí. Muchos archivadores de oficio tienen etiquetas junto al tirador, lo que te ayuda a identificar su contenido: revistas, facturas, llaves... A la hora de organizar el orden, pon en los cajones de arriba lo que uses más a menudo y en los de abajo lo de uso esporádico.
Un estudio con piezas de oficina
Un escritorio y un archivador de roble americano son un acierto en un rincón de estudio. Los escritorios de los años 40 suelen apoyarse en dos cajoneras, muy prácticas para papeles, material de oficina y todo tipo de documentos, y tienen algún cajón con llave para guardar lo más importante. No te compres uno sin probarlo. Tienen mucho fondo, pero su altura está calculada teniendo en cuenta que la gente antes era más baja. Los archivadores, de unos 140 cm de alto, también son muy prácticos en el dormitorio para la ropa interior y las camisetas.
Maderas y acabados
El roble y el pino melis son las maderas más usadas en los muebles de oficio por su belleza y resistencia. También el haya, muy fácil de teñir, y el nogal (más oscura). Si tienen carcoma lo mejor es decaparlas y dejar la madera cruda. Si no tienen, basta con encerarla o darle un barniz al agua.
¿Quieres ver qué bien les sienta la jubilación a estos muebles de los que te hablamos y a muchos otros? Entra en nuestra galería de fotos.