Las mejores ideas de la estilista Elisabeth Vidri

La estilista Elisabeth Vidri es una máster en textiles. Sus casas siempre destacan por una cuidada selección de cojines. "Los elijo de lino o de algodón, incluso en invierno, y juego con lisos y distintos estampados", nos cuenta. Es innegable, sus estilismos transmiten alegría y sensibilidad. 

Para Elisabeth mezclar piezas de distintos estilos y materiales funciona siempre que las más grandes sean claritas. Añadir un segundo color –como aquí el rojo de cojines y cuadro– que se repita en distintos detalles, ayuda a que todo lo veamos "a conjunto". 

Para Eli, sentarse a la mesa es un ritual que merece lo mejor de lo mejor. No sirve un mantel cualquiera y una vajilla sin gracia. En sus manos todo está calculado. ¿Que vamos a azules? Pues lo apostamos todo. El resultado es así de bonito. Porque nos merecemos nuestro lujo diario. 

Es el número mágico en decoración. Tres detalles formando un conjunto son el grupo perfecto. Dos quedarían pobres y cuatro serían demasiado. Mira en este salón: tres damajuanas sobre la chimenea, tres jarrones en azul turquesa, tres macetas con cactus...

Volvemos a la palabra que más nos inspiran los espacios de Eli: serenidad. Porque aquí la encontramos de nuevo, y eso que hay negro y color en la pared. Pero el negro y la madera se fusionan a la perfección y el color grisáceo combina con cualquier otro color, como los que llenan la guirnalda de banderines.

Para Elisabeth la luz es básica. Siempre, siempre, deja las cortinas abiertas y los estores arriba, pero "con gracia". ¿Qué significa? "Dejarlos a distintas alturas, porque el hecho de que cada uno vaya a su aire da más movimiento y dinamismo al espacio", nos cuenta.

Es básico para darle vida a una casa y es un detalle low cost. Eli tiene sus favoritas: plantas muy verdes y en cuanto a flores, en casas de ciudad, prefiere el anthurium en blanco o rosa pálido y los jacintos, y en casas de campo, las flores silvestres.

Siempre aportan luz. Elisabeth nos cuenta que el brillo del agua ayuda y además, aporta un toque de frescor. Lo más importante, que las flores o ramas que los decoren, sean proporcionales al tamaño de la pieza. 

A Eli le encantan los muebles bajos o las baldas para decorar. Permiten apoyar cuadros, fotos y pequeños detalles sin tener que colgarlos. Así, cuando te cansas de ellos, los cambias por otros fácilmente y sin haber estropeado la pared. 

?Es posible? Sí, si combinas cojines de distintos tamaños, texturas y colores, y algún plaid que parezca acabado de usar. Para Elisabeth, los dormitorios "son el lugar idóneo para jugar con las telas y dar un punto más divertido y sofisticado a la cama y variar la decoración en función de la temporada".