Si queremos disfrutar de un suelo resistente en nuestra cocina, debemos tener en cuenta dos tipos de resistencia a la hora de elegirlo: al impacto y al desgaste. En la cocina es fácil que nos caigan cosas al suelo y hemos de tener muy en cuenta la resistencia al impacto del material que escojamos, y no tanto la resistencia al desgaste por el uso, ya que en las cocinas particulares es menos preocupante que en las profesionales.
Vamos a ordenarlos de mejor a peor cualificados. Los pavimentos pétreos y los sintéticos de base pétrea (Silestone, Compac, Krion) son los que mejor comportamiento tienen ya que su resistencia es muy superior a la mayoría de alternativas. Los pavimentos continuos también ofrecen un buen comportamiento en unos casos por ser elásticos y por lo tanto capaces de absorber los impactos (linóleo o vinilo) y en otros casos por ser suficientemente duros (hormigón pulido o microcemento).
El gres porcelánico se encontraría en tercer lugar. Es un material frágil en sí mismo (de ahí que se inventara el famoso “trencadís” de Gaudí) y frágil quiere decir que los fuertes golpes lo rompen, nada más, por lo tanto se debe tener cuidado y siempre es recomendable comprar algunas piezas extras y guardarlas en casa por si tenemos que sustituir alguna en un futuro.
En último lugar están las maderas naturales, que son muy débiles al impacto y quedan marcadas rápidamente, siendo de difícil reparación, aun así, hay que tener en cuenta que si escogemos parquet natural hemos de asumir que envejecerá, es decir, que le irán apareciendo marcas por el uso, y esto no solo no es un problema sino que lo hará más atractivo.