No todos son iguales. De hecho, hay tantas opciones para elegir entre los electrodomésticos que se hace necesario analizarlos y, si las prestaciones que ofrece y el consumo energético son importantes, no lo es menos la higiene y que contribuyan a una forma de vida saludable.
El horno
¿Te gusta cuidarte? Cocinar al horno no solo es una de las opciones más sanas –porque casi no se utiliza aceite o grasas– sino que también es muy práctico y limpio.
La cocina no es lo tuyo y ¿crees que no sabrás usarlo? Elige un modelo con función de recetas automáticas: basta con seleccionar el tipo de alimento y su peso entre un amplio abanico de propuestas y el horno decidirá por ti la forma de cocción ideal. ¿No quieres perder el tiempo con su limpieza? Elige un horno con autolimpieza pirolítica: con solo pulsar un botón, los 500º de temperatura que alcanza descomponen los restos de suciedad acumulados en el horno para que puedas retirarlos fácilmente con un paño húmedo.
A vapor
La cocina al vapor es aún más sana, ya que mantiene los nutrientes de los alimentos que podrían perderse con otros métodos de cocción y, aunque no lo creas, una de las más sabrosas, ya que conserva igualmente el sabor y el aroma de los ingredientes. Si no te ves usando aparatosas vaporeras que después no caben en ninguna parte, sustituye el horno convencional por uno de vapor (que también puede funcionar sin él). Cuentan con un depósito de agua para generar el vapor necesario y suelen regular la humedad que precisa cada receta mediante sensores y sondas (para saber la temperatura del interior del alimento).
Microondas
¿Vas siempre con prisas? Entonces es el momento de darle a tu microondas un mejor uso que calentar la leche del café por las mañanas. Y es que la principal ventaja de este electrodoméstico a veces infravalorado en la cocina es la velocidad en la cocción. Las ondas electromagnéticas permiten alcanzar temperaturas altas en el interior de los alimentos y cocer la comida mucho más rápido que en un horno regular. E incluso, pese a la mala fama que tienen algunos (debida básicamente a un reparto del calor de forma homogénea en modelos baratos o con una edad), hay alimentos –como muchos vegetales– que conservan mejor los nutrientes que se perderían hirviéndolos. Un último consejo: úsalo siempre con recipientes de vidrio o plástico aptos para microondas para evitar que se liberen sustancias poco recomendables para la salud.
Placa de cocción
Vitrocerámicas, inducción, gas... ¿Cómo elegir la mejor placa de cocción? Lo primero es decidir qué tipo de cocina hacemos: si nos gusta hacer pucheros en cazuela de barro vas a necesitar fuego, por ejemplo, mientras que que si lo tuyo es la vuelta y vuelta (y a correr), mejor un sistema de calentamiento ultrarrápido como la inducción.
De hecho, la rapidez con la que se calientan los recipientes en las placas de inducción (ojo, no todos sirven) es la principal ventaja de este sistema en el que no se calienta el cristal y apenas se genera calor residual, lo que lo hace también el más eficiente en cuanto a consumo y fácil de limpiar, ya que no se adhieren tanto los restos de alimentos.
Las vitrocerámicas, más económicas que las de inducción, tardan más en calentarse y, en consecuencia, también consumen más, aunque esto puede compensarse usando el calor residual, apagando la placa antes del final de la cocción.
Sea cual sea el sistema que más te guste, elige una placa con control de temperatura, para evitar que el aceite se caliente demasiado y cocinar de forma segura y saludable.
Personaliza tu placa
¿Entre semana eres de plancha pero en fin de semana te gusta hacer guisos, barbacoas y un wok de vez en cuando? No te cases con un solo tipo de placa: combina elementos modulares que se ajusten a tus necesidades y pon gas, inducción, parrilla y hasta plancha teppanyaki y quemador especial para wok en un espacio contenido (cada módulo tiene unos 40 cm).
Campana extractora
Una campana que abarque todo el ancho de la placa de cocción (ya sea estándar de 60 cm o a medida, hasta el doble de esta) es vital para cocinar de forma limpia y sin molestos humos.
Hay modelos de todo tipo, según lo que busques: desde campanas decorativas hasta de encastre en el techo, pasando por las de pared, las que se colocan bajo los muebles, (telescópicas o fijas) o las más modernas de sobreencimera, aunque debes tener en cuenta que no basta con que sea bonita, sino que debe tener una potencia de extracción adecuada al espacio. Esta se calcula teniendo en cuenta la superficie de la cocina (debe renovar el aire de la misma entre 6 y 12 veces el volumen de la estancia a la hora), pero también se verá condicionada por la distancia del tubo y los codos (recovecos) que tenga, por lo que lo mejor es asesorarse con un profesional proporcionándole todos estos datos.
Frigorífico
¿Eres de los que acaba tirando comida 'olvidada' o de los que tienen el frigorífico vacío precisamente para que no les pase eso? Pues ni una cosa ni la otra: un frigorífico bien elegido no solo te hará aprovechar mejor todo su contenido sino conservarlo en mejores condiciones durante más tiempo. Algunas claves que debes tener en cuenta, más allá de la cantidad y el tipo de alimentos que vas a guardar en él, es que ofrezca un interior flexible que se adapte a diferentes situaciones, con cajones especiales que te permitan regular la temperatura según su contenido (y funcionar casi como un congelador cuando sea necesario). Los hay incluso con función de vacío, para una conservación más duradera de los alimentos.
Y, para garantizar un interior más limpio y saludable, fíjate que incorpore sistemas como ionizadores, recubrimientos específicos y filtros antibacterias.
Lavavajillas
El lavavajillas ofrece una limpieza más efectiva y más sostenible que la que se consigue a mano (gasta menos agua pero sus altas temperaturas actúan como desinfectante).
Hasta aquí, todo son argumentos a favor de este electrodoméstico cada vez más eficiente también en cuanto a consumo de energía. El problema viene cuando somos poco en casa y tardamos en llenarlo dos o más días... Aunque hay muchos modelos con programa de media carga, para evitar precisamente esta situación, este no es el más eficiente desde un punto de vista de consumo de agua y energía, por lo que lo mejor es elegir de entrada un modelo más pequeño (los tienes de 45 cm de ancho, frente a los 60 cm habituales). Mejor si tiene un interior móvil, en el que puedas adaptar las bandejas a diferentes elementos, desde los más voluminosos a los más delicados. Limpiar con frecuencia el filtro es clave para alargar su vida útil.
Lavadoras
¿Qué hay más limpio que una lavadora? Una lavadora inteligente. Los últimos modelos permiten programarla con exactitud e incluso ponerla en marcha de forma remota, a través de una aplicación en tu móvil, para ajustarla a tus horarios y que la ropa no pase más tiempo del necesario en el tambor. Las hay con sensores que calibran el tipo de ropa del interior para calcular la cantidad de jabón y la temperatura más adecuada a su composición, teniendo en cuenta incluso la dureza del agua. Aunque nuestras favoritas son las que incluyen función vapor, que elimina arrugas y olores de la ropa, facilitando el planchado, y que, en algunos casos, pueden servir únicamente para refrescar la ropa tras un uso ligero, sin tener que someterla a un ciclo de lavado completo.