Puertas de cristal, materiales claros, ventanas en el tejado... Pocos cambios pero muy efectivos para disfrutar de una casa mucho más luminosa. ¡Pruébalos!
Haz que las ventanas crezcan
• Si no puedes ampliar el hueco de las ventanas, reduce los perfiles. Cuanto más finos son, más grande parece la ventana y más luz entra en casa.
• Si no puedes cambiarlas todas, hazlo en las orientadas al norte: son las que tienen menos sol.
• Pon lamas orientables: Filtran la luz y dan calidez. Hay lamas que reflejan la radiación, lo que en verano refrigera el edificio.
Dobles cortinas, estores... adáptate a la luz
Los textiles te ayudan a aprovechar la luz o a “protegerte”, según tus necesidades. La doble cortina se compone de una capa ligera y transparente, y otra gruesa y opaca. La primera permite el paso de la luz sin perder intimidad, mientras que la segunda es la mejor opción en estancias de descanso o para mantener el calor acumulado en invierno.
Colores claros y brillantes
1. En las paredes: El blanco es el color que más refleja la luz (hasta un 80%). Úsalo en paredes y techo en las estancias más oscuras. Mejor en un acabado satinado: brillante resalta las imperfecciones.
2. Los suelos: Superficies lisas y pulidas como el mármol o el microcemento son las que más reflejan la luz. También los suelos de madera, en tonos miel y acabado brillante, en perpendicular a la entrada de luz.
3. Muebles: Elige piezas ligeras que no pesen visualmente. Las más voluminosas, mejor en tonos claros, y arrimadas a las paredes. Maderas claras y blanco son un acierto seguro.
Puertas correderas, paso a la luz
• Empotradas: Abiertas desaparecen por completo en el tabique. Requieren más obras pero no “pierdes” la pared contigua.
• Doble hoja: La mejor opción para grandes vanos de pared. Son más manejables y ofrecen más opciones para modular el espacio.
• Cuarterones: En todo el frente o hasta la mitad, son más decorativos y dejan pasar la luz. Los perfiles, cuanto más finos, mejor.
• ¿Dónde? Sobre todo en estancias con mucha relación, como cocina y comedor, en grandes vanos y en las salidas al exterior.
Puertas acristaladas y en blanco
Prescinde de una puerta o sustituye una por una acristalada, sobre todo para abrir a la luz las estancias más oscuras, como zonas de paso o recibidor. Elige cristales transparentes o translúcidos, según la intimidad que quieras, y pinta los perfiles en blanco.
Toldos y persianas domotizados
Estos sistemas permiten controlar de forma automática la entrada de luz teniendo en cuenta la hora del día o el clima. La subida y bajada de toldos y persianas se puede programar y dirigir de forma remota.
Espejos que multiplican la claridad
Los espejos llevan la claridad allí donde no la hay. Colócalos frente a las ventanas, para que reflejen las vistas y la luz. También puedes crear toda una pared panelada con espejos.
Mantén las ventanas limpias
Acumular polvo en los cristales puede reducir un 50% la cantidad de luz y de calor que entra en casa. Usa una bayeta de microfibras para retirarlo de cristales
y marcos. Y lávalos con una mezcla de vinagre diluido en agua y unas gotas de lavavajillas. Repasa con papel de periódico.
En el techo: claraboyas y tubos solares
En casas unifamiliares o áticos, abrir una ventana en el techo es la mejor opción para ganar luz natural. Los lucernarios más sencillos y eficientes se componen de vidrios especiales que controlan frío y calor. Los más nuevos son los fotovoltaicos, que dejan entrar la luz y generan electricidad. Otra opción son los tubos solares, que iluminan mediante un sistema reflectante. No consumen energía ni transmiten calor y se instalan en un día.
Elige tejidos de trama abierta para tus cortinas
Filtran la luz sin interferir el paso de la claridad. En blanco multiplican la luminosidad y, en colores neutros, como cremas o beige, tiñen la luz de una tonalidad parecida a la del sol.
1. Gasa: Por su caída y transparencia es ideal para pequeñas ventanas como visillos. Cuélgala de forma sencilla, para que no creen arrugas ni sombras.
2. Seda: Una apuesta elegante para
las ventanas. Su acabado brillante y hasta tornasolado se alía con la luz y crea atractivos reflejos.
3. Algodón: Si quieres una tela estampada, evita los grandes motivos, ya que oscurecen. Elige estampados pequeños sobre una base neutra y clara.
4. Lino: Máxima transparencia para vestir las ventanas tanto en forma de estor como de cortinas. Su acabado al natural es un acierto seguro.
¿Tienes algun truco para ganar luz en casa? Cuéntanoslo en los comentarios de este artículo.