Limpieza post-ruptura

A partir de ahora no va a ser "nuestro" refugio sino "tu" refugio. Permítete cambiarlo como quieras para sentirte arropada y ser la dueña del fuerte. Cambia las sábanas, coloca todos los cojines que desees (con sentido estilístico, claro) y disfruta de tu nueva "cueva".

Si las estanterías de la librería se han quedado medio vacías, vuelve a llenarlas, pero sin prisas. Primero puedes reorganizar lo que te queda y decorar con los libros que hay y poco a poco ya lo irás llenando de tus cosas.

Quita todas las fotografías donde salíais juntos y pon nuevas fotos. Si tienes niños, deja fotografías donde salga con ellos o toda la familia. Puede ser que los padres se hayan separado pero ellos deben saber que la familia no ha desaparecido.

Con cabeza, no nos pasemos. Pero si al ordenar un cajón encuentras cosas que no las vas a usar -móviles antiguos, viejas baterías-, lo mejor que puedes hacer es ir a un punto verde y reciclar.

No hace falta tirar todos los muebles en un arrebato de cambiarlo todo pero quizás alguno puede cambiar su look y hacértelo más tuyo. Además, estar concentrada en un proyecto y tener un momento mindfulness puede ayudarte a superar el duelo.

No, más espacio soñado en tu armario. Y si usas el método de doblado de Marie Kondo aún le sacarás más partido. Quizás no necesites hacer ni hacer el cambio de temporada.

No es el momento de cambiarlo todo sino de superar poco a poco la ausencia. Introduce cambios pensados y reflexionados (pinta o empapela una pared, cambia los textiles) pero nada de hacer una huida hacia adelante poniendo la casa patas arriba.