¿Puedo “ampliar” la cocina o disfrutar de un salón más grande sin obras? Sí, si utilizas la magia de la luz. Te contamos 10 secretos para conseguirlo. ¡Síguenos!
1 Leds sobre la encimera
Coloca más focos sobre la encimera que en el techo, ubicando puntos de luz bajo los armarios o estantes altos. “Así –comenta el arquitecto Luís de Garrido– dispondrás de más luz dónde realizas el 80% de tus tareas, aumentarás la sensación de espacio y evitarás deslumbramientos”. Utiliza Leds o fluorescentes de bajo consumo, con balastros electrónicos que evitan los parpadeos y la fatiga ocular.
2 Aléjate del 'efecto cueva'
“En el salón difumina la luz y olvidáte de la lámpara en el techo”, cuenta Mónica Roibal, de LR Espacio–. La luz cenital deja en penumbra paredes y esquinas, creando un efecto cueva que empequeñece el espacio. Elige iluminación perimetral y empotra fluorescentes o focos alrededor del techo. El objetivo: bañar de luz las paredes para dar amplitud.
3 Crea varios ambientes en el salón... y 'amplía' su tamaño
Dibuja varias zonas con luz general y puntual. Diseña la iluminación general con focos cenitales de gran abertura (60º) y con difusores para las zonas perimetrales, que favorecen la sensación de espacio. Usa luces puntuales para destacar elementos como vitrinas o cuadros, darás volumen y más amplitud visual al salón.
4 Profundidad en el comedor
El secreto está en multiplicar todas las fuentes de luz para crear distintas perspectivas y aumentar la sensación de profundidad. Jamás ilumines el comedor con una sola lámpara colgante y regulable sobre la mesa. “Un comedor con un único punto de luz –nos cuenta Erco Iluminación– es un espacio pequeño y sin horizonte visual, donde todos acaban deslumbrados, por el contraste con las zonas oscuras de alrededor”. Este tipo de luz no invitará a una comida relajada y menos a una sobremesa distendida. ¿La solución? Es muy simple. Puedes combinar la luz concentrada sobre la mesa con focos perimetrales en el techo o apliques en los muros que aportarán profundidad y bañarán de luz las paredes próximas. Al modelar todo el espacio, el comedor no se limitará solo a la zona de la mesa. Además, este parecerá mucho más amplio.
5 Llovizna de luz
Igual que en salón, si multiplicas los puntos de luz en un dormitorio, conseguirás más espacio visual. Michela Mezzavilla, arquitecta lumínica, te da tres secretos: apliques para crear una llovizna de luz que ilumine y aleje visualmente las paredes, Leds a ambos lados del cabecero para leer sin molestar y luminarias a ras de suelo para dibujar una estela que recorra el perímetro del dormitorio.
6 Multiplica las lámparas
Para dar amplitud más que intensidad de luz, necesitas mayor número de luminarias. En un espacio de 25m2 puedes combinar hasta seis puntos de luz distintos, y hacerlo de forma que se creen ambientes dinámicos. Estas son las reglas:
- Reserva la luz puntual para piezas concretas (librerías...). Generarás espacialidad.
- Destaca las piezas grandes –como el sofá– sin iluminarlas por completo porque, si lo haces, “se comerán el espacio”.
- Y coloca algunos puntos de luz con el haz hacia el techo o las paredes. Deja una zona amplia en sombra para disimular las medidas pequeñas del ambiente.
7 Más juego para los niños
“En un dormitorio infantil la actividad principal no es dormir sino jugar,” comenta Joaquín Contreras, arquitecto del estudio Cercadelcielo. Por eso lo más importante en este ambiente es que se perciba como un espacio abierto y despejado. Para conseguirlo necesitas una iluminación general uniforme que ilumine toda la estancia por igual. Recurre a un globo o plafón translúcido en el techo, que irradie la luz en todas las direcciones y que no cree zonas de penumbra ni deslumbramientos; algo que ocurre cuando la lámpara es totalmente transparente.
Si el dormitorio tiene también una zona de estudio, asegúrate de que la mesa está bien iluminada. Un pequeño flexo, con una bombilla de 60W, que bañe de luz el tablero y unas luminarias suspendidas a unos 70 cms sobre la mesa son la combinación perfecta.
8 Duplica el baño con el efecto de los espejos
“Colocar un gran espejo sobre el lavamanos es un recurso que nunca falla. Es el primer paso para multiplicar instantáneamente la luz y el espacio”, afirma Àngels Hidalgo, interiorista. Luego, ilumínalo lateralmente para no crear sombras.
Anota lo que te sugiere Gaudir Iluminación: instalar a cada lado del espejo lámparas con bombillas halógenas con difusor de potencia; un buen truco para suavizar las facciones.
9 Enmarca el escritorio
Con un flexo halógeno de brazo articulado no te faltará luz para trabajar. “Pero este espacio no solo es la mesa” –nos recuerda el arquitecto y diseñador de luz, Roberto Eleuteri–. Ilumina también el entorno con una luz general, sin sombras ni contrastes marcados. La zona de estudio tendrá las dimensión de lo que estés viendo”. La percibirás amplia y muy cálida porque no habrán contrastes entre la mesa sobreiluminada y el alrededor en penumbra.
10 Ensancha el recibidor
¿El truco? Iluminar las paredes. Sitúa dos o tres líneas de luz perimetrales en el techo hacia las paredes. Y no satures el techo de focos dicroicos que solo servirán para deslumbrar. El secreto –aconseja Años Luz– es elegir focos de gran abertura y si ya están instalados, sustituir bombillas halógenas por otras con lentes difusoras, tipo Fresnell, para crear una luz uniforme.
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