La cocina es el corazón de tu casa. Llénala de sol, de naturaleza, de alimentos ligeros y refrescantes. Transfórmala en un espacio para compartir y en un laboratorio de salud.
La cocina es mucho más que una estancia donde se preparan y se cocinan los alimentos. Es también el alma del hogar, el lugar donde se “cuece” la vitalidad y se “alimentan” las emociones. No olvidemos que si tu cuerpo y tus órganos están en armonía y equilibrio, también lo estarán tus emociones. Ahora que llega el buen tiempo, puedes incorporar buenos hábitos que te ayudarán a vivir la cocina de una forma más saludable.
Amplía la visión de
tu cocina y ¡compártela!
En la mayoría de las culturas, la cocina se considera el corazón de la casa, el centro energético que late e irradia vida. De hecho, en la cocina suele ser más fácil comunicarse y compartir experiencias con la pareja, los niños, los amigos... Por eso el primer paso es abrirla a los demás. Da igual que sea pequeña, coloca una barra y unos taburetes, incluso una repisa abatible en la pared, que invitarán a charlar mientras vais elaborando los alimentos. Destina ese lugar a compartir y haz que se sienten los niños a dibujar mientras comentáis el día, tómate un zumo con una amiga o comparte confidencias con tu pareja. Según estudios recientes, disfrutar de buena compañía constituye un excelente alimento que potencia la salud y la felicidad.
Luz natural, sol, plantas aromáticas...
Abre la cocina al exterior con elementos que desdibujen sus límites según el momento del día. Grandes ventanales, cortinas livianas, toldos exteriores... te permiten disfrutar de un juego de luces y sombras que revitalizan el ambiente y combaten el sofocante calor. Introduce elementos naturales que potencien la continuidad entre el exterior y el interior. Las plantas decorativas y las aromáticas son tus grandes aliadas. Dispón unas macetas con albahaca o melisa cerca de la ventana. Además de condimentar las ensaladas, sus principios activos ayudarán a ahuyentar a los mosquitos. Asimismo, ten a mano menta, para refrescar tus bebidas, y tomillo, para sazonar verduras y carnes a la plancha...
La mejor distribución según el feng shui
Crea una zona de trabajo lo más práctica posible, que permita un buen acceso al frigorífico, a la alacena, al fregadero y a la placa de cocción. Según la teoría oriental del feng shui, los elementos básicos en una cocina, el fuego y el agua, jamás deberían estar enfrentados. Lo ideal es que sitúes los fogones –elemento fuego–, el fregadero y el frigorífico –elemento agua– de modo que dibujen un triángulo en el espacio. Aprovecha la luz natural y las vistas ubicando el fregadero ante una ventana. En cambio, busca para los fogones la protección de una pared, evitando colocarlos bajo la ventana o junto a una puerta de acceso. Si tienes espacio suficiente, una isla central te sirve de eje perfecto sobre el que preparar los alimentos o ubicar la zona de aguas.
Practica la cocina saludable
Empieza por elegir ingredientes de alta calidad nutritiva siguiendo tres sencillas reglas: que sean naturales, de cultivo ecológico y de estación. El organismo precisa distintos nutrientes, según los ciclos de la naturaleza. Así que con la llegada del buen tiempo puedes practicar una cocina saludable con alimentos crudos, ensaladas y cremas frías de vegetales; y frutas de temporada, en zumos y recetas. Cocina de forma ligera y sana (a la plancha, al vapor, salteado con poca grasa), evitando las temperaturas muy elevadas que eliminan las propiedades nutritivas de los alimentos. Tómate tu tiempo para elaborar y saborear recetas. Convierte tu cocina en ese lugar mágico que te nutre en cuerpo y alma, y saborea cada momento vivido allí.
Los expertos aconsejan
Rosario Padrón
Naturópata, especialista en nutrición energética
En la cocina, nutre tu corazón
: "Este órgano agradece alimentos refrescantes, como cereales integrales, arroz de grano largo, verduras y frutas, preferentemente rojas, o proteínas vegetales como judías y guisantes. También alimentos un poco amargos como endivias o rabanitos".
M. Carmen Sospedra
Médico nutricionista, especialista en medicina integrativa
Ten a mano una jarra de agua y limón: "Beber agua –hidratarse– es la mejor receta de salud. ¿Mi consejo? Añadir un poco de zumo de limón o unas rodajas al agua para tener una bebida muy refrescante que a la vez nos ayuda a depurar el organismo. El limón combate el exceso de acidez que provoca una alimentación desequilibrada. Ten siempre a mano en la cocina una jarra con agua fresca y limón. ¡Saludable y muy decorativa!".