Los metros importan, es cierto, pero existen recursos para multiplicarlos. Estas son algunas soluciones para dar amplitud a un baño pequeño.
¿Podemos disfrutar más de un baño pequeño y mejorar su comodidad? La respuesta es sí, si aplicamos pequeñas soluciones que despejen el espacio y lo amplíen visualmente. El primer punto es asegurar las medidas mínimas. Un baño debe tener una anchura de 1,20 m como mínimo; el bidé y el inodoro han de disponer de una zona libre a ambos lados de 20 cm y delante, de unos 70 cm. El lavamanos debe ocupar al menos 40 cm de ancho, con un espacio de 10 cm libres a ambos lados para ser cómodo. Y piensa que siempre es mejor una ducha espaciosa que una bañera pequeña. Elige una ducha con el plato enrasado con el suelo y mampara, que harán que el baño se vea mayor. ¿Una inversión que merece la pena cuando el baño es mini? Las puertas correderas: con una puerta empotrada en la pared, aprovechas hasta el último milímetro útil de la planta.
Visión completa y sin obstáculos
Sea cual sea la distribución del baño, es importante asegurar un ambiente sereno y despejado. Trata de que haya el mínimo de objetos a la vista: un lugar repleto de cosas, de muebles y pequeños elementos es agobiante y “come” espacio. También es importante que la luz pueda viajar, sin que encuentre obstáculos. Utiliza elementos trasparentes, como mamparas y puertas de cristal y olvídate de las cortinas de ducha. Disfrutar de una visión panorámica de todo el espacio, sin obstáculos visuales, ampliará el baño.
Elige muebles bajos y despeja lo alto
En cuanto a los muebles, elígelos abiertos, blancos o en tonos beiges, de poco fondo, de diseño ligero y prescinde de los frentes compactos. Procura que sean tipo cómoda, que no te ocupen las partes altas de la estancia; aunque pierdas metros de suelo no los perderás en libertad de movimientos de cintura para arriba y la percepción de pérdida de espacio será mucho menor. Son ideales los sanitarios suspendidos o volados, que dan la sensación de un espacio menos cargado por el simple hecho de no tocar el suelo. Además te facilitarán su mantenimiento y limpieza. Escoge un lavamanos sin pedestal empotrado o apoyado sobre un mueble suspendido; en ambos casos te evitará sensación de ahogo. Si no te gustan los muebles volados elige piezas con patas pero nunca te decidas por mobiliario con cuerpo hasta el suelo.
Gana claridad y luz
Siempre que te sea posible potencia y refuerza la luz natural. La claridad es tu objetivo. Utiliza tonos claros, no necesariamente blancos. Juega también con las texturas. Combinar distintos materiales es una manera sutil de crear distintos planos y ganar profundidad. Tampoco te olvides de los brillos: espejos y revestimientos satinados –en su justa medida– te ayudarán a potenciar la amplitud. En cuanto a la luz artificial, es mejor una luz intensa y una temperatura de color neutra (4500°K) llamada “luz día” para definir y marcar el espacio.
Escoge luminarias empotradas de ángulo amplio (120°) para abarcar más y crear mínimas zonas en penumbra. Mejor dos que una, para compensar sombras. Y coloca luminarias más neutras (4000°K) sobre el espejo para arreglarte con una luz lo más cercana posible a la natural.