10 ideas para disfrutar de la terraza todo el año

Mismos muebles, distintos complementos, sobre todo los cojines y plaids. Sólo con este cambio podrás alargar la vida en la terraza sin importar las estaciones. En primavera y verano, elige textiles de telas fresquitas, como lino o algodón, y de tonos claros, que no retengan el calor. Y para el frío, busca la calidez de la lana, el punto e incluso las telas con pelo. Piénsalo: en los días de sol, no podrás resistirte a tomar el café fuera.

¿Dónde está escrito que las flores son cosa sólo de la primavera? Camelias, lantanas, caléndulas, alhelís, pensamientos... Te darán alegría también en los días de lluvia. Estas plantas visten los exteriores en la temporada fría con sus tonos vivos. Ponlas en vistosas macetas y crearás un conjunto llamativo y desenfadado. Podrás disfrutar de una estampa multicolor desde dentro de casa y sin necesidad de salir al exterior.

Las velas aportan calidez, crean un ambiente muy agradable y una atmósfera de mágica intimidad. Antorchas de pie, farolillos, portavelas o candelabros... Cualquier opción es buena. Colócalas en grupos para crear puntos de iluminación en función de las diferentes zonas. Asegúrate de elegir un portavelas seguro para el exterior para evitar accidentes. ¡Y no te olvides de poner alguna de citronela para ahuyentar a los mosquitos durante los meses más cálidos!

 La clave está en crear una terraza de estilo chill out. Pon colchonetas y un montón de cojines de tamaños diferentes donde poder tumbarte a escuchar música o a disfrutar de agradables veladas con amigos. Una buena alternativa a los cojines son los pufs, ya que puedes usarlos como mesa o para sentarte. Añade farolillos, alfombras de fibra natural o madera para ir descalzo y una zona de césped para tumbarte. En Leroy Merlin los encontrarás artificiales desde 14,90 €/m2.

Crea un rincón donde poder tumbarte a broncearte en verano, observar las flores en primavera, leer con un plaid en otoño y tomar un chocolate caliente una plácida tarde de invierno. Una hamaca o una butaca son las opciones más cómodas. Y no olvides que las de fibra natural dan una calidez especial.

La idea es que disfrutes de ver cómo crecen y que luego te den algún “beneficio”. Elige un rincón y pon una mesa con cuatro o cinco macetas. Lavanda, tomillo o albahaca, aportarán un perfume fresco y te invitarán a salir y relajarte. También puedes cultivar orégano, menta y perejil para aderezar tus platos.

La clave para no hacer mil y un viajes dentro de casa cuando llega la hora de recoger la terraza es contar con algún mueble que te ayude a guardar. Un baúl, un pequeño armario, un banco con almacenaje... Guarda en su interior cojines, velas y todo aquello que se pueda estropear si se queda a la intemperie, tanto en verano como en invierno.

La terraza debe darte poco trabajo. Debe ser un espacio para disfrutar, no para tenerte esclavizado pendiente, por ejemplo, de las horas de riego de las plantas. Instala un sistema de riego automático. Lo más práctico es que sea programable para ajustar el riego a cada momento del año. ¿Y los muebles? El sol, el frío, el viento y la lluvia, un día tras otro, pueden echarlos a perder. Si eliges piezas plegables podrás guardarlas más fácilmente cuando no las usas.

Verduras a brasa, parrillada de carne, pescado asado… ¡Seguro que se te hace la boca agua pensando en los platos que vas a preparar! Si no tienes espacio para una de obra, no te preocupes: existen modelos exentos, de gas o eléctricos, de todas las medidas y precios. En cualquier caso, colócala en un rincón donde los humos no entren ni en casa ni tampoco molesten a los vecinos para evitar problemas y... bon appétit!