Las rayas dan mucho de sí. Pueden decorar por sí solas una pared vacía o, incluso, sustituir piezas como arrimaderos o cabeceros. Además, le van bien a cualquier espacio de la casa y puedes aplicarlas en vertical u horizontal, en papel o pintándolas a mano, sobre piezas de mobiliario, paredes o tejidos, y a todo color. El truco es saber escoger las que le van mejor al espacio. Aquí tienes una miniguía que te ayudará y 15 ideas que te inspirarán.
Elige tu color
Si te gustan los colores muy vivos en las rayas, no llenes tu pared de otros detalles como cuadros o espejos, a no ser que busques un efecto muy sofisticado. Lo mismo ocurre si las rayas gruesas están en los textiles. Cuanto menos detalle, más ligero se verá el espacio. O, dándole la vuelta, si los textiles son XL, por ejemplo una gran alfombra que cubra todo el salón, apuesta por rayas finas, de otra forma, dominará demasiado la decoración del espacio.
Verticales: elegancia
Escógelas para las paredes y no solo elevarán, visualmente, la altura del techo, sino que también elevarán el "nivel" de la estancia porque aportan prestancia. Combinadas con un arrimadero y con molduras, la elegancia sube enteros.
Horizontales: originalidad
Allí donde pongas rayas horizontales irán a parar todas las miradas porque suelen tener un efecto más llamativo. ¿Su poder? Convertirse en piezas cuando estas nos faltan. ¿Un ejemplo? En cabeceros. Ideales para una sola cama o incluso para habitaciones infantiles con dos camas, porque las agrupa.
¿Buscas la calma?
Usa colores pastel, sobre todo, en la gama de los azules, los arenas y los rosados. Si las rayas son horizontales, conseguirás un espacio 100% relajante. ¿Por qué? Porque en estos colores, las rayas horizontales se asemejan a la raya del horizonte. Espacio, aire y serenidad.
¿Anchas o estrechas?
Las rayas más anchas se usan para espacios más sofisticados. Ni anchas ni estrechas, para estilos más clásicos. Y las más finas, para espacios pequeños, de tal manera que no destaquen demasiado y de esta forma "acerquen" visualmente las paredes o los muebles a quien los mira, reduciendo la sensación de espacio.
En el fondo, utilizarías la misma teoría para la elección de los muebles, eligiéndolos en proporción al espacio. De todos modos, si te gustan más anchas pero tienes poco espacio, puedes utilizarlas siempre que lo hagas solo en una pared y en colores suaves. O incluso algo mejor: utilizando las rayas anchas en textiles, como alfombras, cortinas, ropa de cama o cojines. ¿Otra idea muy decorativa? Usar un patrón que combine distintos anchos: da dinamismo y decora por sí solo sin necesidad de añadir mucho cuadro.
Efecto ultradecorativo
Para lograrlo, combina colores y mézclalos raya a raya. En la misma gama, combinando dos gamas... ¡crea! Puedes hacerlo con colores saturados o bien con efecto desgastado, chalk paint, de bordes definidos o buscando el aire pintado a mano, menos perfecto pero más personal.
¿Más ideas? Sigue buceando en la galería de imágenes y verás cómo estas rectas paralelas terminan por cautivarte. ¿Buscas más inspiración para dar dinamismo y color a tu casa? No te pierdas este artículo donde te contamos cómo el color puede afectar también a las emociones y cómo elegirlo de forma acertada.