No hay estampa más paradisíaca que una hamaca entre palmeras en una playa caribeña de arena blanca y aguas cristalinas. ¿A que ya estás fantaseando con la idílica imagen? Pues vamos bien encaminados, porque el origen de las hamacas está en Latinoamérica. Sí sí: era un asiento creado por los indios nativos de esas tierras, al que llamaban "la cuna de los dioses". ¡Que ni pintado! Se elaboraban con la corteza del árbol de Hamack, de ahí su nombre (aunque también se dice que puede provenir del dialecto indígena taíno y significa "red para pescado").
Cristobal Colón no solo descubrió América, sino también las hamacas. Concretamente fue en las Bahamas, el 17 de octubre de 1492, solo cinco días después de su llegada al continente y lo hizo constar en sus anotaciones tal que así: "las gentes dormían en redes entre los árboles". Más adelante las hamacas fueron utilizadas sobre todo por los marineros, que en lugar de dormir en el frío suelo, húmedo y plagado de bichos, podían tumbarse relajados en las hamacas y adormecerse por el balanceo del barco.
Las hamacas de fibra natural pueden ser de muuuchos materiales (cáñamo, fique, cumare, algodón, henequén, pita, cabuya...) y la calidad depende sobre todo en la urdimbre y el número de hilos utilizados. Actualmente también las hay elaboradas con fibras poliéster o con polipropileno, muy resistente a los distintos climas y a la humedad.
¿Que por qué nos gustan tanto?
Porque son de quita y pon
Pocos muebles son tan fáciles de poner y quitar. Plegadas, no ocupan espacio prácticamente y bastan un par de ganchos para colocarlas en un porche o cuerdas, si se instala entre árboles, y disfrutar de su agradable balanceo.
Aptas para los más comodones
Si eres de espíritu ‘comodón’, no te cortes y tunéala con una colchoneta y cojines. Lejos de acabar con la espalda y las piernas marcadas por la trama de la red, con estos elementos mullidos el descanso está más que asegurado.
Se adaptan al espacio
Que no tienes un gran jardín donde colgarla… ¡no pasa nada! Las medidas estándar suelen ir de 175 a 335 x100-140 cm y soportan de 80 a 140 kg. Pero si aunque elijas el modelo XS te sigue sin caber, siempre puedes hacer una a medida, escogiendo tú la tela que más te guste, confeccionando su cuerpo y cosiendo un par de cuerdas a sus extremos. Y qué viva el DIY.
En el porche, son un must
¡¿Que tu porche aún no tiene hamaca?! Esto no puede ser. Las hamacas son las reinas de los porche y si no, pásate por nuestra galería y mira estos exteriores con pérgolas donde esta pieza es la estrella.
A la sombra de los pinos: un placer para los sentidos
Si tienes la suerte de tener un frondoso jardín, no puede faltar una hamaca en el rincón más íntimo y sombreado. El fresquito natural que desprenden los árboles, así como su aroma, color y el sonido de las ramas mecidas por el viento, hacen que la experiencia sea plena para todos los sentidos.
Amarra las cuerdas de los extremos de la hamaca a los troncos de un par de árboles robustos (la altura la eliges tú) y a leer, tomar un mojito, dos mojitos, dormir, jugar…
También son un juego de niños. ¡Diviértete!
Su semejanza con los columpios hará que la hamaca sea un elemento lúdico más para los peques de la casa. Una fiesta en el jardín con amiguitos alrededor de esta pieza será más divertida si cabe. Y cuando estén ya cansados de tanto jugar, a tumbarse y relajarse.
Para las mejores siestas
Este es el principal cometido de colocar una hamaca en el exterior. La siesta es reparadora, nos da años de vida extra y hace que las digestiones sean más saludables. Disfrutar de una buena siesta en una hamaca es un planazo de vacaciones.
El mejor lugar para gozar de las vistas
Ya sea mirando al mar... y las estrellas. Y es que las hamacas son tanto de día como de noche. Ubica la tuya en el lugar con mejores vistas de tu exterior. Y no lo olvides, si al anochecer refresca, añádele un plaid para taparte y acurrucarte.
Se apuntan a la tendencia crochet
Ya sabes que lo artesanal y los tejidos naturales están de moda. Haz que tu hamaca esté a la última añadiéndole bordes de crochet. Al mecerse, estos añadidos cosquillearan el aire, aportando un look único.
Dan la nota... ¡deco!
Pon color y estilo a tu exterior con un modelo a rayas, de tejido natural, estampado de pequeñas flores, liso y a todo color… Sin duda será un foco de atención en tu terraza o jardín, imponiendo estilo. Si tu casa está en la playa, las rayas marineras podrán el acento. Si estás en el campo, el estampado floral será el tuyo. Si te apasiona el boho chic, opta por el crochet.
Venga, coge tu portátil, tableta o móvil, túmbate, crúzate de pies y a disfrutar de la amplia variedad de hamacas que hemos seleccionado para ti. ¡Las amarás!