"El Feng Shui no es magia pero sí es mágico". Así describe el Feng Shui Ana de Ramon, decoradora desde hace 25 años que lleva casi una década aplicando esta ciencia china milenaria. Así que más allá de estos consejos básicos si quieres conseguir fortuna y prosperidad hay que hacer algo más: no se vale cambiar un mueble y esperar a que todo se solucione o a que empiece a caer dinero del cielo. Experta en Feng Shui, Ana huye de lo místico y aporta su experiencia y seriedad. “No se trata de un cuento chino. Cierto es que es chino, pero el Feng Shui es una ciencia milenaria y como todo ciencia ha evolucionado a base de prueba y error”.
Lo mejor para aplicar el Feng Shui es hacer un estudio de la casa donde se tienen en cuenta el año de construcción, los años de nacimiento de las personas que viven en ella y su ubicación. “Cada casa es un mundo, diferente, y las necesidades de cada familia también. Por eso
es importante realizar un estudio personalizado”, explica. A modo de ejemplo, podríamos decir que al piso del segundo A donde vive un matrimonio con dos hijos no se le aplicará los mismos parámetros de Feng Shui que al piso del segundo B donde vive una persona soltera.
Más allá de lo superficial
El Feng Shui no es simplemente distribuir los muebles de una u otra manera. Es mucho más complejo. Ana de Ramon explica que para tener una casa donde reine la armonía hay que tener en cuenta las cuatro escuelas por las que se rige el Feng Shui: La Escuela de las Formas, la Escuela Xuan Kong o Estrellas Voladoras, la Escuela Ming Gua y la Escuela del Bagua.
La Escuela de las Estrellas voladoras es la que te permite saber en qué lugar se encuentra la energía gobernadora o regente, es decir, la energía que te va a proporcionar prosperidad y fortuna. "De las 9 estrellas que existen, la número 8 es la estrella de la prosperidad. Cada año, cambia de ubicación y este año se encuentra en el sureste", nos chiva Ana.
Y finalmente nos recuerda: "Una casa puede estar perfectamente amueblada y decorada según esta ciencia milenaria, pero si no la habita nadie, no hay Feng Shui. Nosotros, con nuestra actitud frente a la vida, somos quienes movemos la energía que existe entre el cielo y la tierra".