Y para muestra, un botón: un muro revestido de trepadoras no solo regula el viento y crea verde y sombra en el exterior, también ofrece un horizonte del que gozar y un microclima que refrigera o calienta la casa de forma natural.
Eso sí, no basta con introducir verde para ser sostenible, igual que no basta con sustituir un material contaminante por otro natural. La idea es que pienses, construyas y decores una casa que responda a tu vida y a tus sueños, pero desde una perspectiva ecológica y racional.
¿Cómo idear un exterior sostenible?
- Piensa en ideas y materiales que sean beneficiosos para la salud y el planeta. ¿Con qué lo construirás? ¿Qué plantas albergará? ¿Con qué mobiliario decorarás?
- Reducir el consumo energético en tu exterior: ¿Cómo lo iluminarás? ¿Cómo conseguir un exterior fresco? ¿Cómo regarás?
- Piensa en reducir al máximo los residuos. ¿Qué plantarás en el jardín? ¿Cómo reutilizarás las hojas secas? ¿Aprovecharás el agua de la piscina? ¿La del pequeño estanco que quieres construir?
- Mantenimiento de tu exterior. ¿Cómo ahorrar tiempo y dinero? ¿Con qué limpiarás? ¿Qué mantenimiento necesitará tu exterior?
Materiales
Lo natural y reciclable gana puntos. Tanto en muebles como en revestimientos, vuelve la madera maciza, reciclada o nueva, pero con certificado FSC y tratada con aceite o barniz ecológico. El mármol repunta, pero pulido y sin plomo. Y la cerámica se reinventa y tecnifica. Lo último son las baldosas con esmalte catalizador que transforman las emisiones tóxicas en inocuas, y las versiones solares que funcionan como paneles fotovoltaicos que generan electricidad. Por su bajo impacto ambiental, el bambú se consolida.
Muebles
¿Por qué no muebles reciclados o de segunda mano? Cada vez hay más almonedas con taller donde descubrir desde tesoros industriales del siglo XX hasta piezas reinventadas, que sin perder su pátina de nostalgia, se actualizan con una estética contemporánea y criterios sostenibles. La tendencia es mezclar lo viejo con lo nuevo.
¿Y reciclar muebles que ya tienes? Con una nueva capa de barniz –¡ecológico!– o una mano de pintura puedes darle a tus viejos muebles un nuevo aire... ¡Y tendrás la recompensa de haberlos renovado tú mismo!
Con poco verde basta. Tres arbustos en unas macetas XXL o una trepadora vistiendo una pérgola crean sensación de jardín. Y si eliges una vegetación caduca, en verano tendrás sombra que refrescará la casa, y en invierno, al caerse las hojas, el sol calentará el interior. La clave es elegir variedades que se adapten al lugar (sean autóctonas o exóticas), para que prosperen con poca agua y mínimos cuidados. El ahorro se impone, ayudado por la tecnología. Lo último son los techos ajardinados y los jardines verticales.
Iluminación
Menos puede ser más. En vez de iluminar en el sentido estricto, la idea es disponer puntos de luz solo donde hace falta: accesos, escaleras y algunos árboles. El resto, déjalo en semipenumbra para crear un paisaje en claroscuro, que impulse la magia.

EFICIENCIA Y AHORRO
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Y si quieres ahorro total, recurre a lámparas solares, desde balizas hasta lámparas de pie: son muy sostenibles, aunque menos estimulantes. Mediante baterías recargables (algunas con 15 horas de autonomía), estas lámparas acumulan el sol durante el día para emitirlo por la noche.