Son asequibles, cambian rápidamente un ambiente y nos ayudan a disfrutar mucho más de nuestra casa. Te proponemos ideas muy sencillas para dar un aire nuevo a cada estancia y ganar un plus de bienestar.
Como tú, tu casa está en constante cambio. Para mantenerse viva y en forma necesita cuidados y retoques constantes. No se trata de realizar una gran reforma, ni basta con sustituir las bombillas fundidas, reparar los grifos que gotean o tapar las grietas de las paredes. Añade pequeños detalles y disfrutarás de una casa renovada y a tu medida, con poquísima inversión. A veces, es suficiente con poner flores en los jarrones, fotos actualizadas en los marcos o un perfume distinto. Aunque parecen insignificantes, estos retoques pueden cambiarlo todo si son los adecuados. Pregúntate qué te hace feliz en casa e introduce, en cada estancia, algunos elementos. Los detalles, cuando te acercan a tus sueños, son poderosos.
Comparte su salón
Si quieres tener un salón donde descansar con la familia y los amigos, necesitas asientos que inviten a sentarse de forma relajada. Pero esto no significa comprar nuevos sillones. Si son sólidos y ergonómicos, una nueva tapicería puede transformarlos. Como retapizar es caro (un sofá de tres plazas puede costar entre 500 y 800 € con los 14-16 metros de tela aparte), elige un tejido sufrido y, sobre todo, compacto, para que resista entre cinco y siete años en buenas condiciones. Ten en cuenta que la resistencia al desgaste depende de que los hilos estén juntos y apretados, no de su peso o grosor. Por eso, puede funcionar desde una fina cretona hasta un grueso terciopelo. Para no equivocarte, antes de comprar las telas ténsalas y descarta aquellas cuya trama se abra o se deforme. Con los tejidos poco tupidos puedes realizar cojines que mejoren el confort de los asientos.
Para multiplicar las plazas de asiento cuando llegan invitados, puedes incorporar algunas butacas de la terraza o vestir con fundas las sillas del comedor. Combinando asientos diferentes, crearás un ambiente distendido.
Y con lámparas de sobremesa cálidas, el espacio se volverá relajante. Sustituye las pantallas opacas y oscuras por otras translúcidas y de tonos suaves, e incrementarás la luz, las texturas y las sensaciones. Te proponemos un truco: forra el interior de una pantalla blanca con seda de color ocre. La iluminación parecerá mágica.
Cojines, las estrellas del salón
Más cómodos. Presta atención a su relleno y acertarás. En este aspecto, la pluma y el miraguano son una muy buena opción. Disfrutarás de unos almohadones que no se apelmazan y, a la vez, recogen con suavidad pero con firmeza, la espalda y la cabeza.
Más decorativos. Si el confort es importante, también lo es la estética. Para duplicar las opciones, la interiorista Estrella Salietti aconseja optar por un diseño reversible: “Una tela puede ser estampada y la otra lisa, así podrás variar el aspecto del salón con solo darles la vuelta”.
La cocina, la protagonista
Para convertir la cocina en el corazón de tu casa es importante la estética, pero también la funcionalidad. “Para que guisar sea una experiencia grata, hay que multiplicar los espacios de almacenaje y, sobre todo, las superficies de trabajo, que es donde se realizan el 80% de las tareas”, advierten desde Siematic. Por eso, es muy útil contar con una tapa para ocultar el fregadero y, a la vez, convertirlo en una práctica superficie de trabajo. También instalar bajo los armarios altos baldas y barras de acero, para disponer o colgar desde las especias hasta las tijeras o el papel de cocina. Con ello, además, mantienes las encimeras despejadas y los utensilios cerca de donde los vas a necesitar. Para exprimir el interior de los cajones grandes, lo mejor es añadir separadores verticales. Sin embargo, en los cajones pequeños –destinados a guardar cucharones y cuchillos– introduce cuberteros de uno o dos niveles de madera o de plástico reciclado y reciclable. Elígelos con bases redondeadas (para coger los cubiertos con facilidad) y separaciones en diagonal (para que los cubiertos no golpeen el fondo).
Los cuadros y las macetas con plantas aromáticas pueden cambiar la imagen de la cocina. Pero también los elementos de mayor uso. Si son bonitos y ayudan a renovar el aspecto de la estancia, desde los trapos de cocina hasta los frascos utilizados para guardar el arroz o el azúcar se convierten en piezas con encanto. Y si quieres imprimirle un aire más vivido y personal muestra tus creaciones culinarias en una bonita tartera de cristal.
Renueva el comedor
Basta con renovar la lámpara de techo para transformar el comedor. Si eliges una suspendida, pero de altura ajustable y con regulador, podrás disfrutar tanto de un espacio de celebración como de una estancia puramente funcional. Así, para comer, sitúa la lámpara a unos 60 cm de distancia de la mesa y a máxima potencia, a fin de enmarcarla para poder ver bien lo que comes. Y, al llegar la sobremesa o si organizas una velada romántica, eleva la lámpara a unos 250 cm del suelo y baja la intensidad de la luz. De este modo, conseguirás un ambiente más íntimo que puedes complementar con unas velas aromáticas.
Por sencillas que sean las sillas, son suficientes unas fundas de lino o de Toile de Jouy para convertirlas en confortables asientos.
Y para transformar la mesa, puedes adquirir una buena mantelería de hilo blanco y una vajilla más especial. Ten en cuenta que al vestir la mesa con doble mantel dulcificas su presencia.
No caigas en el error de dejar olvidado tu comedor cuando no recibes en casa. Así, hay pequeños gestos que te ayudan a decorar y renovar tu comedor, como un chal a modo de salvamantel o una composición de jarrones o de velas. Y es que basta con agrupar varias velas del mismo tono pero de tamaños distintos para crear un centro de mesa muy personal. Si buscas un efecto más delicado y romántico, una cinta con unas cuentas es una buena opción; un cordel dará un toque más natural.
¡Ah! Y no reserves la vajilla “buena” solo para las ocasiones. Disfruta de tus piezas favoritas a diario.
Vestir la mesa
Todos los detalles cuentan. Y cuando la mesa está decorada con mimo... ¡incluso la comida parece que sabe mejor! Si buscas darle un toque personal y único a tu comidas, en almonedas y mercadillos podrás encontrar desde copas de cristal antiguo desparejadas hasta platos de estética vintage y cubiertos con mango de hueso.
Un baño de relax
El deseo de transformar el baño en un spa puedes concretarlo con accesorios y soluciones que creen una atmósfera relajante. “Aprovechando la misma instalación eléctrica es fácil situar varios leds detrás del espejo para crear un aura de luz que lo hará flotar y llenará toda la estancia de magia”, asegura el especialista en iluminación José Luis Xuclà. Para completar el efecto, añade un espejo más grande y a prueba de vaho, pero con un marco ancho y con un acabado especial, como el pan de plata. Así, no solo duplicas el espacio y la luz, también imprimes un aire noble y con encanto que puedes reforzar con elementos vintage. Las opciones son muchas: candelabros antiguos para bañarse a la luz de las velas, frascos de cristal para disponer los jabones, y contenedores de loza o metal para las toallas de mano. Las toallas de nido de abeja realizadas en piqué son mullidas y absorbentes, ideales para el baño.
Toallas mullidas
Las mejores son las de “nido de abeja”, realizadas en piqué, un tejido de algodón con efecto relieve que forma cuadros. En Textura nos explican por qué: “No solo son más suaves y ligeras que las de rizo convencional, sino que ocupan menos espacio dobladas y, al tener un gramaje más alto por su mayor número de hilos, son más absorbentes”.
Viste el dormitorio
Los tejidos naturales son claves para que el dormitorio sea un refugio íntimo, donde soñar, descansar y reponerse. Durante los meses más calurosos, bastan suaves y transpirables sábanas de algodón egipcio o lino y bambú, que tienen propiedades protectoras, antibacterianas e hipoalergénicas. En invierno, el último lujo son los edredones nórdicos rellenos on un 90% de plumón de pato: casi no pesan y aíslan el cuerpo del aire exterior pero le permiten regular la humedad para asegurar un calor seco. Otra opción en alza es recurrir a las mantas de lana y a los cubrecamas de butí de algodón (con acolchado a partir de 125 g). Cuanto más gramaje de relleno, más volumen y elegancia adquieren la colcha y la cama.
También puedes cambiar el aspecto de la cama renovando el cabecero. Una opción es retapizar el que tienes o confeccionar una funda con un lino grueso, que queda bien con todo. Si quieres leer en la cama, instala apliques articulados a ambos lados del cabecero, y a unos 95 cm del suelo para iluminar bien el libro. Eso sí, elígelos con pantallas que dirijan la luz hacia abajo. Los detalles son claves para dar forma a los sueños.
Y para que tu cama sea más apetecible, mezcla cuadrantes y cojines de varios tamaños.
Una atmósfera de ensueño
Aroma propio. Consíguelo con flores frescas o velas aromáticas sobre la cómoda, bouquets de lavanda en el armario o saquitos de lúpulo en las almohadas que propician el sueño.
Cortinajes. Superpón varios visillos (uno de ellos con cristalitos) para crear un ambiente de fantasía. Si quieres un efecto más vaporoso utiliza tul como el del velo de las novias.
Texturas naturales. Lo natural sienta bien a nuestro cuerpo y nos relaja. Opta por pinturas realizadas con pigmentos vegetales y minerales, y ropa de cama a base de lino y bambú.
Con significado. Para añadir tu toque personal, escribe en la pared una poesía o una frase que te emocione, o confecciona un edredón con retales de tus telas favoritas.
¿Nos aconsejas algún detalle más para renovar la casa? Cuéntanoslo en los Comentarios de este artículo.