Es una reforma costosa y que afecta de forma notable a nuestras rutinas por lo que un trabajo previo de planificación no solo te ayudará a conseguir el mejor resultado, sino también a anticiparte a posibles puntos débiles.
1. No se ven pero se hacen sentir
No serás el primero ni tampoco el último que no lo tiene en cuenta, aunque este sea un magro consuelo si estás en el brete de tener que levantar ese precioso revestimiento para reparar una pérdida de agua provocada por el mal estado de las tuberías.
En una reforma costosa como es la del baño, es normal querer recortar gastos de donde se pueda y como las cañerías no se ven… Por mucho que resulte una idea tentadora, piensa que si la instalación tiene más de 10 años es recomendable revisarla y, si son más de 15, mejor renovarla y asegurarte de que podrás disfrutar de tu baño nuevecito durante muchos años con total tranquilidad.
2. ¿Seguro que quieres mover los bajantes?
En una reforma, todo es posible… Aunque las opciones más complejas, lógicamente, requerirán una mayor inversión y profesionales con plenas garantías. Un buen ejemplo es el de mover los bajantes de sitio: puede hacerse, pero obliga a una labor de fontanería más costosa y una mala ejecución puede resultar en desagradables problemas. Tenlo presente antes de decidir dar un giro de 180º a todo el equipamiento sanitario del tuyo: si no estás dispuesta a afrontarlo con todas las consecuencias, busca alternativas menos radicales.
3. Seguridad, ante todo
Lo mismo pasa con la instalación eléctrica. Piensa que el baño plantea especiales requisitos en cuanto a seguridad, que hacen necesarias no solo tomas de corriente y luminarias especiales (con un Índice de Protección (IP) contra el agua igual o mayor a 4) sino a unas distancias concretas del agua y las posibles salpicaduras. Así que, por muy práctico que te parezca un enchufe o un foco junto a la ducha o la bañera, deberás atenerte a la normativa (por tu propio bien). En cualquier caso, asegúrate de planificar suficientes tomas de corriente y puntos de luz para las distintas actividades que acostumbres a hacer en el baño.
4. Ahorrar ¿a qué precio?
Si estar sin baño una semana es un engorro, no es difícil imaginar lo que nos parecerá al cabo de dos, o de tres…
Todos hemos oído historias para no dormir sobre cómo puede alargarse una reforma por razones X (mil) así que, para prevenirlo en la medida de lo posible, contrata el servicio con una firma con referencias que se encargue de coordinar a los distintos profesionales que deben intervenir en las obras y que te garantice -por escrito- el plazo de las mismas. Si bien contratar a distintos profesionales por nuestra cuenta puede suponer un pequeño ahorro en el precio final de la reforma, reflexiona sobre si las posibles complicaciones y el tiempo que requiere coordinarlos y supervisarlos te vale la pena.
5. ¿Ducha a ras de suelo?
Los platos de ducha extraplanos y enrasados con el pavimento están de moda y, además, aportan sensación de amplitud al baño, pero una mala instalación puede resultar catastrófica y acabar convirtiendo el tuyo en una piscina cada vez que te duches.
Además, ten en cuenta que los bajantes requieren espacio y, en una reforma, ese espacio solo puede conseguirse pidiéndoselo a tu vecino de abajo para utilizar el hueco en el forjado. Así que, si no te llevas muy bien con él o prefieres ahorrarte complicaciones, en tu baño con ducha reconcíliate con la idea de un pequeño desnivel.
6. Se lleva el papel pintado pero…
Además de económico y mucho más fácil de renovar que materiales como la cerámica o la piedra, el papel pintado ofrece una variedad de diseños y colores mucho mayor, razón por la que cada vez se ve más en proyectos decorativos de baños. No obstante, conviene no dejarse llevar y reservarlo solo para las zonas sometidas a un menor uso. Por mucho que sea papel especial para zonas húmedas, no conviene colocarlo junto zonas sometidas a salpicaduras, como la de la ducha o el lavabo, ni aquellas que requieran una limpieza exigente. Como alternativa, hay revestimientos vinílicos en una amplia variedad de diseños que pueden colocarse incluso sobre las baldosas directamente y que sí ofrecen un buen comportamiento frente al agua.
7. ¿Contorsionismo en la ducha?
¿Te dijeron que las mamparas correderas eran la mejor opción en baños pequeños pero las hojas son tan estrechas que tienes que entrar de lado a la ducha? ¿O te dejaste llevar por el precio mucho más económico de las batientes y ahora la hoja choca con el inodoro cada vez que la abres? Si el hueco de la ducha es muy reducido, infórmate sobre la mejor opción con un profesional (y medidas en mano): hay versiones batientes que abren tanto hacia afuera como hacia adentro, modelos en los que las hojas quedan pegados a las paredes interiores de la cabina cuando no se usan, diseños plegables o que combinan la apertura plegable con la batiente…
8. Madera con precaución
¿Sueñas con salir de la ducha y encontrarte con un suelo de cálida madera a tus pies? Pues para que el sueño no se convierta en pesadilla, has de saber que no todas las maderas sirven.
De hecho, solo son recomendables las variedades duras y con una alta concentración de aceites en su interior, que le ayuden a repeler la humedad, como las tropicales, bastante más caras que otras autóctonas. Si buscas una alternativa más económica para tus suelos o revestimientos (y estás dispuesto a sacrificar un cierto grado de confort), hay laminados especiales para ambientes húmedos, hechos con tableros hidrófugos, que la imitan con gran realismo, y cada vez son más las firmas de cerámica que incluyen todo tipo de diseños, colores y formatos de lama en sus colecciones.
9. Diséñalo para el uso que vayas a hacer de él
¿Un solo lavamanos para compartir en hora punta? O, lo que es peor, ¿un solo baño diseñado para usarlo de forma individual? El mejor equipamiento del mundo será un fiasco si lo eliges sin tener en cuenta tus necesidades reales.
Antes siquiera de empezar a pedir presupuestos, plantéate qué usos debe cumplir tu baño ideal en función del número (y tipo) de usuarios, así como de sus horarios. Así, por ejemplo, si tienes niños, quizás no debas renunciar a la bañera, por mucho que las duchas sean más cómodas mientras que, si se trata de personas mayores, no solo necesitas una ducha sin obstáculos sino que, además, no deberías olvidar incluir algún tipo de ayuda técnica para ayudarles a entrar y salir de ella.
10. No dejes que prime la estética sobre la funcionalidad…
Las últimas tendencias apuestan por equipamientos minimalistas, que destacan por sus formas puras y simples y aportan sensación de amplitud al baño.
Pero hasta el lavamanos más impactante acabará deslucido bajo una tonelada de productos de higiene y cosméticos, si te has dejado seducir por un diseño volado sin capacidad de almacenaje. Del mismo modo, un baño revestido en madera puede que sea tu sueño hecho realidad, pero no cedas a la tentación de olvidar cuestiones prácticas como que la madera puede estropearse por la acción continuada del agua. En definitiva, no te dejes llevar por la imagen del baño sin que esta responda a un uso adecuado: hay muebles con una buena capacidad de almacenaje y diseños volados que los aligeran e incluso reproducciones idénticas de madera en resistentes versiones cerámicas.