Quién mejor que nuestros decoradores e interioristas de cabecera para decirnos cómo decorar correctamente un comedor. Desde escoger las piezas acertadas, hasta la iluminación más adecuada o la decoración apropiada al momento. Veamos cuáles son sus claves, con nombres y apellidos.
1. "La mesa es la gran protagonista". Asun Antó, interiorista y propietaria de Coton et Bois
La mesa es el corazón del comedor y de la vida familiar. Debe ser práctica... y decorativa cuando no se utiliza, con un centro de flores.
Cerca de la cocina. Esa es su mejor ubicación, para acortar desplazamientos. Siempre que sea posible, colócala junto a una fuente de luz natural, cerca de la ventana o de la salida a la terraza, aunque sin obstaculizar la circulación.
Lo ideal, rectangular. Elige la forma de la mesa en sintonía con la planta del comedor y adaptada a su tamaño. Los modelos extensibles son la mejor opción si andas escasa de metros. Las redondas propician la conversación (todos los comensales se ven las caras) y las rectangulares visten mucho.
Cuestión de tamaño. Para estar cómodo, cada comensal necesita al menos 60 cm de mesa. Para seis, recomiendo una rectangular de 160-180 cm: sitúa a una persona en cada cabecera y otras dos a cada lado. ¿La altura perfecta? 75-80 cm.
Materiales. Soy partidaria de la madera, porque es más calida y noble, y tengo predilección por el roble. Mi mesa ideal: con sobre de roble envejecido y patas pintadas de gris o blanco.
2. "En busca de la silla ideal". Mònica Cubiña, directora comercial de Sit Down
Si buscas unas sillas que te duren mucho tiempo, elige materiales nobles y colores naturales como blancos, piedra o grises. Elegir las sillas parece fácil, pero no lo es. Y representan una inversión considerable, así que debes escoger las más adecuadas.
Atracción total. De nada sirve que una silla sea un diez en comodidad si no te gusta su diseño o no encaja con el estilo de tu comedor. Así que, primero, guíate por tus gustos.
Las medidas. La altura del asiento debe de ser de unos 45 cm para que, al sentarte, no quedes ni muy alta ni muy baja en relación con la mesa. El asiento debería tener un ancho de 43-45 cm y una profundidad de unos 50 cm. Y en cuanto al respaldo, para que sea confortable debe tener una altura de 80-95 cm. No se recomiendan los respaldos de más de 110 cm, porque limitan la movilidad de la cabeza y de las cervicales.
¿Te gustan dos? No te preocupes: la mezcla está en auge y hoy en día vale casi todo, siempre que el conjunto resulte armonioso en colores y formas. Sillas de piel combinadas con metálicas, modelos de plástico mezcladas con sillas de madera... en la variedad está el gusto.
Y muy segura. Es básico que, al sentarnos, la silla no oscile y nos ofrezca sensación de firmeza. Si una silla está bien diseñada, lo sabrás enseguida: tenderás a sentarte poniendo todo tu peso en las patas posteriores.
Con movilidad. Una silla ligera es más fácil de mover y permite que sentarse y levantarse no suponga un esfuerzo. Las más livianas pesan 5-6 kilos, aunque la mayoría rondan los 10 y algunas llegan a los 15 kilos. Hay algunos modelos que incluyen una ranura o una asa en el respaldo para moverlas fácilmente.
Tres sillas, tres necesidades
- Si buscas comodidad. Elige sillas tapizadas, con asiento y respaldo acolchados. Además, permiten coordinar su estampado con otras telas del comedor, como las cortinas, y conseguir un look uniforme.
- Si quieres ligereza. Apuesta por sillas de madera y asiento de rejilla. Son la mejor opción para comedores pequeños, porque son diseños más ligeros. Con el respaldo en aspa o con un refuerzo central son más cómodas.
- Si deseas marcar estilo. No hay duda, tus sillas ideales son las de estilo clásico, como las Luis XVI. Con reposabrazos son más cómodas.
3. "Una mesa bien puesta, la clave del éxito". Rocío Montesinos, experta en eventos y organizadora de bodas
Mimar la presentación de los alimentos es crucial en el éxito de una comida. Un mantel bien escogido, una cristalería que potencie la calidad del vino, una vajilla estilosa... son parte del placer de la buena mesa.
Elige un mantel largo y claro, una vajilla de color suave, cubiertos cómodos y copas elegantes
Mantelería. En tu “fondo de aparador” no debe faltar un mantel blanco o beige, en dos versiones: lino y algodón. Con estos básicos tendrás los cimientos que componen la mesa perfecta. Mejor si son largos hasta el suelo.
Vajilla. En la línea de la mantelería, es un acierto invertir en una vajilla atemporal de colores suaves que acepten cualquier tipo de osadía a la hora de mezclar e innovar. Atrévete a combinar piezas valiosas con otras low cost.
Cubertería. Es fundamental que combine el diseño con la funcionalidad. Nada hay más engorroso que los cubiertos de diseño incómodos o difíciles de manejar.
Cristalería. Es el apartado en el que más se puede dejar volar la imaginación, aunque recomiendo las copas sin tallar, limpias de ornamentación, para que el protagonismo recaiga en los cuellos de las copas, estilizados y elaborados.
Con los 5 sentidos
- Vista. Potencia la armonía del ambiente con unas velas: aportan intimidad y complicidad.
- Gusto. Cuidado con los platos muy especiados: pueden ofender los paladares y estómagos más sensibles.
- Olfato. Las flores naturales deben ser de aroma suave para que su fragancia no predomine e impida disfrutar de los alimentos.
- Oído. La música es un extra que ayuda a crear ambiente. La regla de oro es que sea un actor secundario y no dificulte el diálogo.
- Tacto. Una servilleta bordada, unos cubiertos con el peso justo, unas copas de tallo redondeado... conseguirán que las manos también disfruten la velada.
4. "El valor de lo antiguo". Eduardo Arruga, diseñador de interiores y propietario de Lucca
Cada vez es más complicado encontrar sillerías completas en los anticuarios. Lo mismo sucede con las piezas de herencia: es posible que solo se conserven piezas sueltas.
Mezcla. Combinar sillas antiguas de distintas épocas es la única alternativa. Para que la mezcla sea armónica, las sillas deben tener un tamaño, unas proporciones y colores similares. Si hay equilibrio, el buen resultado está asegurado.
Prueba. Antes de comprar una silla antigua, siéntate y comprueba su estabilidad, que no “baile” con el peso del cuerpo. Conocer su antigüedad es difícil y requiere experiencia. Los expertos la verifican mirando la silla por debajo y comprobando la forma de construcción.
Restaura. Restaurar una silla vale unos 150-200 €. Antes de encargarla, comprueba el valor actual de mercado de una pieza similar para evitar un desembolso innecesario, a no ser que tenga un valor sentimental especial.

Bon appétit!
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5. "Una iluminación cuidada". Luis Puerta, decorador
Más suavidad. Me gusta la iluminación indirecta: dirijo la luz a las paredes, al techo o al contorno del suelo para que rebote e ilumine de un modo indirecto.
Más matices. Si combinas varias luces, ganarás en capacidad de sugestión y riqueza de matices. Evita un único punto de luz. Particularmente no me gustan las lámparas de techo como solución de iluminación, aunque hago una excepción si es un modelo antiguo y decorativo, que combino siempre con velas.
Más calidez. Elige bombillas de luz cálida, como las halógenas. No recomiendo utilizar bombillas de fluorescencia o de bajo consumo, porque generan una luz muy fría para el comedor.
6. "Comedor y librería, todo en uno". Catherine Grenier, decoradora
Me gustan los comedores decorados como una biblioteca-librería. Mi comedor ideal estaría rodeado de librerías de suelo a techo. Cenar rodeado de libros es una experiencia única, y a la hora de iluminar un espacio tan especial, es fundamental mezclar 3 tipos de luz: Una indirecta que se puede conseguir con un foseado en el techo, por ejemplo equipado con tiras de leds. Una central con una lámpara de techo posicionada en el centro de la mesa. A mí me gustan las de diseño.Y una puntual ubicada en el interior de la librería. Así también damos protagonismo a los libros.
7. "Alas a la imaginación". Carmen Baudín, estilista de cocina y propietaria de Harina
Arriesgar sin perder el estilo es posible y recomendable, pero hay algunas normas. Las vajillas pueden mezclarse siempre que no sumen más de dos tonalidades distintas. Combinar la vajilla “de la abuela” con una de diseño da un resultado increíble. También mezclar platos blancos con otros con un filete dorado o con flores. Incluso puedes combinar formas: redondos con rectangulares o cuadrados, siempre que el plato de abajo sea más grande que los de encima.
Y no descuides los complementos: tablas de madera para presentar el pan, salseras vintage, fuentes de bambú o lacadas... A mí me gusta improvisar cuencos con lombardas, alcachofas u hogazas vaciados para servir ensaladas, salsas...
8. "La fuerza de los accesorios". Helga Hidalgo. Arquitecta de interiores
Porque equipar el comedor va más allá de elegir una mesa y unas sillas, los complementos son claves para hacerlo más tuyo.
Matices. Una mesa de herencia gana contemporaneidad si sobre ella colocas una lámpara extremada. Y unos muebles modernos ganarán serenidad con elementos más intemporales.
Mezclas. Completa el comedor con auxiliares, reinventando su uso. Un antiguo ropero con las puertas abiertas permitirá exhibir la vajilla, iluminada con una lámpara de sobremesa.
Transformación. Crea espacios que se adapten a tu estado de ánimo o a la época del año. En invierno, pon unos velones, unos caminos de mesa de lino y una alfombra tupida bajo la mesa. En primavera, un gran jarrón con flores de temporada.

Bon appétit!
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