Deco para principiantes

Es la primera pregunta que debes hacerte. Y pese a tener buenas ideas, ahí está Mr. Presupuesto para decidir por ti qué se queda y qué se va de tu lista de la compra. Para no equivocarte, sigue esta norma: "Invierte en las piezas NO provisionales". ¿Cuáles son? Un buen sofá, una buena cama, y una mesa y unas sillas cómodas de verdad. Banquetas de mimbre, en La Bisbal. Cabezas de reno, cestas de mimbre y de metal, de Sacum. De Marta Tobella. 

 No hablamos de un sofá que te provoque un ¡Oh! sino un !Ohhhhh! Y eso no lo consigue un sofá bonito (que también) sino un sofá cómodo. Pruébalo bien, y muy importante: no tengas prisa. Sentado, con los pies elevados, estirado... Un sofá debe ser confortable lo uses como lo uses. Este sofá es de Sacum, igual que la consola decapada. Butaca de mimbre, de Mercantic. Casa de Marta Tobella. 

 No escatimes en gastos. Un buen somier, un buen colchón y un buen almohadón. Son el trío ganador. El cabecero lo puedes cambiar tantas veces como quieras, pero un buen equipo de descanso cuesta dinero y tiene que durarte los próximos 10 años como el primer día. Mesilla de noche de Paula Duarte.

Cuando estrenes piso vas a recibir muchas visitas, así que prepárate bien. No nos referimos a que consigas una vajilla espectacular o una cristalería perfecta para brindar, sino a que te hagas con una mesa y unas sillas confortables. Para tu día a día deben serlo, claro, pero también para largas sobremesas. Evita que con el último sorbo de café se multipliquen los "Bueno, pues yo me voy a ir yendo...", mientras intentan no perder las lumbares al levantarse.

No hace falta que te gastes un dineral en fundas de cojín, plaids o complementos. Puedes conseguir estilazo por muy poco. ¿Los indispensables? Unas cortinas -sin ellas las ventanas se ven tristes-, lámparas -¡ninguna bombilla desnuda! A menos que sea una Edison comme il faut- y complementos: fundas para los cojines, plaids, láminas... Butaca, mesa auxiliar y lámpara flexo, de El Globo Muebles. Lámpara de pie, de Batavia y alfombra, de Canterano. 

Se lleva todo lo recuperado, las piezas recicladas, restauradas... Ve de rastros, pídele a tu abuela que te deje rebuscar en su trastero, mírate esa pieza que tu madre iba a tirar y dale nueva vida... Te dará personalidad y calidez. Pero ¡ojo! una cosa es una pieza con historia, y otra, una pieza hecha polvo. Restáurala si conviene. Mesa de madera de roble sin tratar, de La Europea. Silla, de Ikea. Lámpara de techo de cerámica, de Pols Potten, en Batavia, como el cesto de papel reciclado. 

Si quieres una casa con carácter, que el 25% de tus muebles sean heredados, retro o hechos a mano, y dales nuevos usos. Como esta cajonera convertida en librería-aparador. Tendrás una casa única. 

¿Por qué en tu cocina oyes el silbido del viento y en la de tu madre oyes el de la olla exprés aunque no está cocinando? Es cuestión de darle vida con algunos truquillos. Los tarros a la vista, por ejemplo. Tres o cuatro, iguales y transparentes, con lo que más uses: pasta, arroz, harina... Los utensilios de madera dan calidez por sí solos y, a mano, resultan muy prácticos.

Un frutero lleno de frutas de temporada dará color a tu cocina y, de paso, te ayudará a comer mejor. Completa el bodegón con un jardín aromático. Tres macetas pequeñas en la ventana o en una balda darán vida y perfumarán tu cocina.

 No dejes que te ataque el horror vacui. Es mejor dejar una pared libre durante un mes porque no das con la composición de cuadros que te gusta más, que ganarte el mote de "QueenMasilla". Y recuerda que los toques personales, y hechos a mano, triunfan. Bastidores con bordados realizados por Rosa e Chocolat.