La casa perfecta no es la que te abre la puerta y te extiende la alfombra de terciopelo en cuanto te ve llegar. La casa perfecta es la que responde a tus necesidades y consigue hacer cada espacio tan bonito como práctico. Depende de ti conseguir que lo sea y vamos a intentar ayudarte con algunas ideas que son, desde luego, un acierto absoluto.
Rincones útiles (sin gastar demasiado)
Como el recibidor. Las entradas que se pensaban para que los vecinos las vieran bonitas pasaron a la historia. La casa se piensa y se planea para quien vive en ella, no para quien la visita. Y en esta casa, lo saben muy bien.
Porque... ¿qué haces al entrar en casa? Ponerte cómodo, ¿no? Pues que te ayude: un colgador con tantos ganchos como personas vivan en casa para no tener que apilar piezas, incluso puedes añadir más para complementos como bolsos o gorros y un zapatero con una alfombra que no solo te ayudará a ponerte cómodo sino que te hará mantener el suelo de casa más limpio. Cajas de madera pintadas y apiladas se convierten en un zapatero low cost desenfadado y practiquísimo.
Tan fácil como distribuir bien
Es la primera decisión que has de tomar (y la más importante) para conseguir espacios cómodos en los que parezca que ningún otro mobiliario quedaría tan bien como el que tú tienes.
En este salón, por ejemplo, se condensan 3 decisiones claves en una buena distribución, y todas son gratis:
- Utilizar la trasera del sofá como separador del comedor. ¡Y atenta! Si la trasera es recta o pones un aparador estrecho apoyado en ella con una lámpara de sobremesa, la separación será aun más clara.
- Cerrar la zona de sofá creando un círculo imaginario con las piezas. De esta forma se potencia la comunicación y el confort.
- Planificar los muebles más altos o colocar los más voluminosos, en los laterales. El objetivo es dejar que la luz circule sin obstáculos.
Mira más allá...
Como en la cocina que abre el reportaje, donde en vez de dejar la campana extractora a la vista como en tantas otras cocinas, se ha revestido con un mueble a medida que la ha embellecido, multiplicando a la vez el espacio de almacenaje.
O como en este baño, donde se ha conseguido aprovechar hasta el último centímetro del bajolavabo con un cajón extraíble que sirve de taburete para los más pequeños evitándote que una pieza de poca estabilidad pulule por el baño haciéndote incómodo el paso.

Cada metro cuenta
Adiós a los rincones desaprovechados. ¡Sácales partido ya!
¿No hay espacio? Pues no lo llenes
Eso no significa que debas prescindir de piezas (a no ser que no las uses), sino que debes decidirte por las que menos ocupen.
Muebles y complementos de tonos claros, estores en vez de cortinas, fibras que dejan pasar la luz, piezas sin esquinas que visualmente llenan menos, etc.
La mejor de las decisiones es dejar que la luz llegue a todos los rincones. Tendrás una casa más bella, más sana y más sostenible
Tira lo que puedas y reordena
Abre espacios para ampliarlos. Más vale dos estancias juntas separadas por cristal que dos habitaciones compartimentadas con tabiques porque las verás más pequeñas y más oscuras. Tira las paredes que puedas y comunica.
Una buena decisión son las estructuras de cristal que puedes abrir o cerrar según te convenga. Grandes puertas que se abren en acordeón o cristaleras como esta que, mediante ventanas de guillotina, comunica la cocina con el salón o la aísla para que no circulen los humos.
La decisión infalible: muebles a medida
Te gastarás más que con una pieza exenta pero le sacarás muchísimo más partido. Como en este pasillo. Un armario liso y blanco como la pared consigue no agobiar en el espacio y en cambio, servir de almacén extra (ultranecesario) para las estancias cercanas: cocina, comedor y salón.
Tan útiles como este armario, encontrarás más ideas en la galería de imágenes de este artículo. Entra y descúbrelas. Decisiones, todas, de primera.