El mundo de la decoración es el de las segundas oportunidades. Y ahora le ha llegado el turno a la damajuana, el nuevo objeto de deseo de los decoadictos. Estas botellas de cristal soplado –de cuello estrecho y cuerpo esférico– se utilizan de forma habitual en las bodegas para contener y trasladar el vino (en México ocurre lo mismo con el tequila). Pero desde que han cruzado el umbral de nuestras casas ya no podemos vivir sin ellas. Ya sea a modo de jarrón, como lámpara o simplemente como elemento decorativo, algo pasa con las damajuanas que no podemos resistirnos a su poder de atracción. ¿Será por las leyendas que acompañan a su nombre?
Historias de aquí y de allá
Unos cuentan que un artesano soplador de vidrio quiso impresionar a la reina Juana I de Nápoles con su potencia pulmonar y, como todo buen invento, el aspecto abombado de la botella sería fruto de un error de cálculo que acabaría por llevar el nombre de la susodicha. Otros que habría sido la propia reina quien se habría atrevido a soplar con tan (mala)buena suerte. Incluso a los marineros franceses del siglo XVI se les atribuye el apodo de Dame-Jeanne en honor a su forma similar al de las mujeres rellenitas. Como también era regordeta la mexicana Dama Juana, quien portaba en el XIX sobre su cabeza una extraña botella ideada por su marido, un soplador de vidrio, que quería ahorrarle viajes al mercado gracias a la gran capacidad del recipiente.

CREATIVIDAD AL PODER
Ideas originales para decorar tu casa