El material de fabricación es clave. Elige tejidos naturales para el juego de cama, como el lino y el algodón, ya que proporcionarán naturalidad y estilo a tu dormitorio. No te preocupes por las arrugas de las sábanas o fundas nórdicas de lino: aportarán riqueza de texturas, si son naturales. En el caso de las piezas de algodón, plánchalas bien. Hazlo cuando la sábana esté aún algo húmeda: las arrugas del doblado desaparecerán mejor. Combina ambos tejidos en cojines y almohadones.
Materiales: quién es quién
- Algodón: La mejor calidad (y más cara) es 100% egipcio, que tiene fibras extra-largas y duraderas.
- Algodón Pima o Supima: Es un material de fibras medias a extra-largas discontinuas, conocido por su suavidad y brillo, y es un poco más asequible que el algodón egipcio.
- Lino: Ideal para los climas cálidos, las sábanas de lino son algunas de las más caras, pero te durarán décadas.
- Sintético: Económico y resistente a las arrugas.
- El percal es un tejido ligero y apretado, muy fresco , mientras que el súper apretado y denso tejido de microfibra hace que sea resistente a las arrugas, extra-suave y resistente al agua.
- Otros tejidos: satén, ultra-suave y brillante, y la franela, con una textura de panal perfecta para climas más fríos.
¿En qué me tengo que fijar al comprar la ropa de cama?
Existe la creencia de que cuantos más hilos posean las sábanas en su trama de confección, mejor calidad. Pero esto no siempre es así. Cuando compramos ropa de cama, en lo que primero nos hemos de fijar es en su composición de fibras. La mayoría de las sábanas están hechas de algodón, pero deberíamos buscar una fibra más larga, pues al hilarlas, se les da fuerza, lo que supone menos cardado. El algodón egipcio, por ejemplo, tiene una fibra larga. Otras opciones de fibra de buena calidad son el algodón pima y supima, el orgánico, el algodón-poliéster e incluso el bambú.

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El tejido de las sábanas afecta al tacto, a la apariencia, a la longevidad y al precio. Hay muchos tipos de tejidos, pero el percal es el más destacado, según algunos expertos. Es un tejido equilibrado, como el de una cesta, y da sensación de frescura. El satén, por su parte, es un poco más suave y más cálido que el percal.
Aunque una sábana tenga más hilos, la cifra puede inflarse manipulando el proceso de fabricación con un hilo de baja calidad. Por regla general, es mejor comprar sábanas de un conteo mínimo de 200 hilos. A partir de 800, la cantidad no importa.
La calidad de un tejido está directamente relacionada tanto con la calidad del hilo como con la densidad del tejido, que es la cantidad de hilos al ancho y largo del tejido. La calidad de la ropa de cama será más alta cuanto mayor número de hilos tenga la tela aunque, como ya se ha dicho al principio, no es el único factor, también es importante la calidad del hilo, los procesos de fabricación, etc.
Internacionalmente la densidad de un tejido viene definida por el número de hilos al ancho y largo del tejido que hay en una pulgada cuadrada (1 pulgada equivale a 2,54 cm). Los tejidos con una densidad a partir de 180 hilos (por pulgada cuadrada) son considerados tejidos de gama superior. En cuanto al acabado, la mayoría de las sábanas se rematan con procesos químicos para que no se arruguen o encojan. Aunque está bien que las sábanas no se arruguen, trata de buscar unas de algodón orgánico, sin compuestos químicos.

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El tamaño importa
El tamaño de las sábanas, almohadones, funda nórdica, colchas o edredones influye. Las piezas que se quedan cortas deslucen y provocan arrugas poco naturales; las demasiado grandes producen sensación de dejadez.
Si tu colchón es de 150 x 200 cm: elige una sábana encimera de 240 x 280 cm, una funda nórdica de 240 x 260 cm y una colcha o edredón también de 240 x 260 cm.
Si tu colchón es de 180 cm de ancho: la sábana encimera debería ser de 270 x 280 cm, la funda nórdica de 260 x 270 cm y una colcha o edredón de 260 x 270 cm. En el caso de las bajeras, dependerá también de la altura del colchón.