Aunque no siempre se lleve la atención que merece, la mesa de centro es una pieza que da mucho juego. Además de decorar el salón, puede ayudarte a guardar revistas, plaids o cojines y a organizar lo más pequeño, como mandos a distancia o detalles decorativos. ¿Quieres más motivos por los que darle más protagonismo? ¡Tenemos muchos!
Para empezar, hay que escoger la mesa adecuada. Tiene que estar proporcionada con las medidas del salón y con el tamaño y la altura del sofá: que formen una pareja bien avenida. Si es de madera natural, aportará calidez; en blanco, luz; de aire industrial, carácter. A partir de aquí, hay que ir sumando necesidades. ¿Quieres que tenga estante inferior? ¿Quizá prefieres cajones para guardar cosas sin dejarlas a la vista?
Una vez escogida, vamos al detalle. Primero, organiza la parte superior. Si quieres colocar pequeños objetos encima, lo mejor es agruparlos en bandejas para que se vea más ordenada. Unas velas, unas flores... Ve dándole forma intentando que todos los objetos encajen, sobre todo por sus tonos y materiales. Pero ojo, ¡tampoco te pases! La mesa de centro no es un cajón de sastre. Si tiene un estante inferior, entonces unas cestas te ayudarán a tener cada cosa en su sitio y creará también orden visual.