No es una frase hecha, aquí es una realidad. Todas las frutas y hortalizas de este menú han sido cultivadas en casa y recolectadas el mismo día de la comida. Una comida sana, ecológica y deliciosa.
Agricultura biológica, productos de kilómetro cero, alimentos de producción sostenible... son conceptos cada día más valorados en nutrición y que nos recuerdan que comer sano es, además de más saludable, respetuoso con el medio ambiente. Y Amanda Laporte, nuestra cocinera, añade: “es muy gratificante, sobre todo si cocinas con ingredientes que has plantado con tus propias manos y has visto crecer de la tierra”.
Se trataba de preparar un menú como el que podían comer nuestros abuelos, sano y equilibrado: “los platos de esta comida campestre son ecológicos, desde las verduras de la huerta al pollo de granja”, explica Amanda.
Y la decoración de mesa también es 100% natural: asientos de madera envejecida, telas de saco, algodón y lino, detalles de reciclaje..., que invitan a un estilo de vida sencillo y sostenible. La mesa respira el aroma familiar de las comidas mediterráneas al aire libre, auténticas y sin artificios. Con encantadores detalles como las botellas con flores para regalar a los invitados, los sobres de papel para los cubiertos y las servilletas, con el menú impreso “a máquina”, o las macetas de barro a modo de cuberteros. Son el prólogo de una felicidad sencilla, la de disfrutar de recetas fáciles pero deliciosas, en buena compañía, bajo el sol del verano. ¿Qué más se le puede pedir a un domingo?
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