La decoración del dormitorio es mucho más que la cama. Así que aquí te contamos cómo crear una atmósfera acogedora que invite al descanso en dieciséis pasos. Calma, no hace falta que los cumplas todos. Pero cuantos más logres, mejor será tu rincón de relax.
1. Estudia tus necesidades
El dormitorio es, de lejos, la estancia más íntima de la casa, ese reino privado donde reponer fuerzas al final del día. Por ello, en su decoración, lo prioritario eres tú y lo que te hace sentir a gusto: una cama lo más grande posible, un acogedor rincón de tocador, una iluminación que te arrope, una butaca para leer...
2. Potencia la luz natural
Como fuente de iluminación y para incrementar el confort. Para ello, dispón la cama en perpendicular a la entrada de luz y reduce las perfilerías al mínimo. Si puedes, píntalas en blanco y usa también los tonos claros para las telas que vistan las ventanas.
3. Acierta con los materiales
La calidez al tacto de un suelo de madera, la naturalidad y el frescor de la toba bajo tus pies, la textura ligeramente rugosa de una pared entelada... Los materiales que visten suelos y paredes tienen mucho que decir en el grado de confort de una estancia. Los naturales y los tonos cálidos son siempre una apuesta segura.
4. Colores para el descanso
El color, no solo es creador de atmósferas, sino que influye en el estado de ánimo. Por su efecto relajante, decídete por los neutros, como piedras o arenas. Los tonos más suaves de colores fríos, como el azul o el verde, son también un acierto,sobre todo si te gusta leer o cuentas con un rincón de trabajo, ya que favorecen la concentración.
5. Una pisada agradable
Como se trata de una estancia en la que se suele ir descalzo, optar por un suelo de madera es la opción más cálida en el dormitorio. La tarima maciza es de mayor belleza y durabilidad, ya que puede pulirse cada 10 años, gracias a su espesor de unos 20 mm. A continuación se encuentran los multicapas, cuya capa noble oscila entre 2,5 y 6 mm.
6. Muebles en proporción
Un dormitorio acogedor también es aquél en el que los muebles respiran y nada resulta forzado. Es importante no abigarrar el espacio y elegir las piezas en proporción con los metros que tienes. Para que resulte cómodo asegúrate zonas de paso de unos 80 cm y que nada dificulte el acceso a las piezas con cajones o a los armarios.
7. Un buen aislamiento
Más allá de muebles o revestimientos, un buen aislamiento es crucial para que una estancia sea cómoda. Acertar con las ventanas asegura el confort térmico y acústico y, a la vez, ahorra energía. Las perfilerías más finas son las de madera y aluminio, aunque estas últimas deben incorporar rotura de puente térmico.
8. La importancia de la cama
Es la pieza protagonista de cualquier habitación y la que define su carácter. En su elección, es básico llegar a un consenso entre los aspectos relacionados con el descanso y la estética. Si los metros lo permiten –calcula a partir de 20 m2– puedes optar por diseños con mucha personalidad como una cama con dosel o un modelo tipo barco.
9. Lámparas ambientales
Para las pantallas, elige tonos de gama cálida, pero ten en cuenta que tan importante como el color y la textura es el tono de la bombilla. Las hay ligeramente coloreadas para ganar calidez.
10. Una buena iluminación
Debe ser tenue y que invite al descanso. Lo mejor es iluminar el dormitorio pensando en las necesidades de cada zona y evitar una única luz central. Opta por halógenos para el vestidor, lámparas de pie o apliques en la zona de lectura y de sobremesa en las mesillas. Puedes completarla con una lámpara suspendida.
11. También con vestidor
El orden influye en la percepción de un espacio. Así, si el dormitorio cuenta con zona de vestidor, debes integrarlo al resto de decoración y planificar su interior de acuerdo con tus necesidades. Si quieres renovar sus frentes a menudo, opta por puertas enteladas que, además, resultan ligeras y muy decorativas.
12. Paredes protagonistas
Sírvete del papel pintado para reforzar el efecto envolvente en el dormitorio. Aporta textura a las paredes y, en consecuencia, un plus de calidez. Puedes usarlo en toda la estancia o para destacar alguna pared, como la del cabecero o la de la zona de armarios o de vestidor. Además, hay series de papel pintado que se coordinan con los textiles.
13. Viste las ventanas
Las telas naturales, realizadas de algodón o lino, son la mejor opción para vestir las ventanas del dormitorio. En forma de cortinas, visillos o estores deben asegurar la entrada de luz durante el día y la intimidad por la noche. Para que las cortinas tengan una buena caída, opta por terciopelos o chenillas, y en los visillos, por hilo, gasa o tul.
14. Una buena alfombra
Aislan del frío, dan calidez y ponen una agradable nota decorativa. Las de lana y algodón son las más comunes, e idóneas para la zona de noche por su pisada. Su ubicación más habitual es junto a la cama o a sus pies, y su gama de colores es muy amplia: los claros transmiten confort, los fríos relajan y los neutros agrandan el espacio.
15. La ropa de cama
Tiene un papel determinante en la imagen de la estancia. Lo mejor es que elijas una base neutra que sirva de “fondo” y de nexo entre tapizados y textiles. Las colchas tipo butí, lisas o con pequeños estampados, regalan brillo y calidez. Las sábanas, mejor de lino o de algodón, para que mantengan la temperatura corporal.
16. Pequeños rincones
Más allá de los elementos necesarios y funcionales, un dormitorio acogedor es aquél que habla de las personas que lo habitan y que aprovecha cada centímetro para crear rincones con encanto: una cómoda de herencia,una zona de lectura o las paredes decoradas con fotos y otros recuerdos pondrán el toque final.