Casas nómadas: ¡querrás una!

Cuadros de láminas, macetas con cactus... ¡y parquet! Una caravana no tiene por qué ser un habitáculo solo funcional. También lo podemos decorar como decoraríamos nuestra casa y darle máxima calidez con un suelo laminado o de madera. 

Un miniespacio como una caravana no puede permitirse perder ni un milímetro. Y esta, no lo pierde en absoluto pues incluso la cama se ha instalado sobre un hueco tan grande como esta última. Las puertas, a juego con las de la cocina, aportan armonía. 

Si no fuera porque tiene ruedas, esta caravana pasaría por una minicasa con todo lujo de detalles. Mira qué sofá. Tan cómodo como el tuyo, ¿verdad? Y la mesa, preparada con la mejor de las vajillas. ¿Por qué no? Las vacaciones se merecen lo mejor también.

Cortinas, ropa de cama, tapizados, alfombras... En blanco y negro aportan elegancia y a la vez, iluminan el interior con su claridad. ¿Resultado? Un espacio pequeñísimo pero cálido, sofisticado y tan confortable como la casa más vestida. 

Un habitáculo tan pequeño necesita mucho ingenio y poca manía. Aquí, incluso los laterales de los armarios de cocina sirven para colgar utensilios. La zona inferior, con unos ganchos, es perfecta para las tazas. Y una pieza extra de encimera, la alarga cuando se necesita.

Junto a la cocina, un banco corrido que ocupa uno de los límites de la caravana, permite que donde cabrían cuatro, quepan seis. Una colchoneta en azul marino le da elegancia y los cojines que la decoran, comodidad máxima. 

Si es tan bonita por fuera, imagínate cómo será esta caravana por dentro. Una mano de pintura la ha personalizado y la ha convertido en un miniespacio encantador. Y fuera... ¡nada de sillas de plástico! Detalles nostálgicos se suman al estilazo. ¡Grande!

¿Por qué? Está claro, ¿no? Nada como lo natural para dar estilo y procurar un ambiente más acogedor. Aquí, el comedor, con butacas de fibras y sobre una alfombra también de fibras, es un espacio que bien podríamos tener en la terraza de nuestra casa. ¿O no? Bonito, bonito.

Es entrar en esta caravana y transportarte al instante a un dinner neoyorquino. Una hamburguesa y una coca-cola, ¿no? En azul celeste y blanco es megaluminosa, y el suelo... ¡a damero! Incluso el horno es de estilo retro total. Precioso look.

Olvídate de los baños "estilo tren o avión". Aquí mínimo no es sinónimo de feo e insulso. La madera en bruto le ha dado máxima calidez y los metales oscuros, un rollo envejecido que le sienta de maravilla. Y todo, en formato XS, práctico y bonito.

Estas literas podrían encontrarse perfectamente en cualquier casa. Y el espacio también. Fíjate en las paredes: empapeladas con un papel con un estampado sutil de frases. En blanco y negro, todo, queda espectacular.

De estilo vintage, con madera por todos los rincones, de un tono intenso, que abriga. Al fondo, un sofá y pufs, como en un salón cualquiera, y sobre la mesa de comedor, una lámpara colgante que no te imaginarías dentro de una caravana pero sí, aquí está, y queda perfecta. 

Dale un aire 100% campestre con textiles floreados, banderines para decorar tanto dentro como fuera y flores, que no falten las flores. Incluso en detalles como la bici antigua que decora el exterior de esta caravana retro.