Las comparaciones son odiosas y, aunque bañera y ducha comparten función, su uso y disfrute es bastante diferente. Ante la avalancha de sustituciones de bañeras en favor de duchas (una solución a la que a menudo empuja la falta de espacio), queremos darte diez razones para que recapacites.
Pero antes... ¿investigamos un poco su pasado? Etimológicamente la palabra bañera deriva de baño (hasta aquí, no hay sorpresas) y a pesar de la escasez de referencias a esta pieza en el mundo antiguo, algunos datos apuntan a que fue un objeto de uso tanto en el lejano y medio oriente como en la Grecia clásica. ¡Famosa es la leyenda de los eternos baños en leche de burra como secreto de belleza de la estupenda Cleopatra en Egipto! Entonces, el concepto de baño sanaba algunas enfermedades e incluso se le daba una propiedad purificadora del alma.
Tras el impasse del periodo medieval, digamos que algo menos preocupado por la higiene que otros, aparecen en el Occidente del siglo de las luces modelos precursores de las bañeras modernas. No obstante, su uso no se extenderá hasta bien avanzado el siglo XIX siglo con la aparición del tub (bañera) a la inglesa y las primeras bañeras móviles de hierro denominadas como tales. Poco a poco pasó de ser un objeto exótico a un artículo de consumo necesario, casi vital, de la civilización moderna. Fue entonces cuando David Dunbar Buick (¡¿quién?!) inventó el proceso para esmaltar bañeras de hierro fundido, lo que supondría el empujón definitivo para la popularización de la bañera entre las clases ricas de los países occidentales. ¡Y hasta hoy!
Las bañeras modernas más económicas se fabrican en fibra de vidrio o acrílica; también las hay en porcelana, loza, acero, hierro fundido y madera (tradicionales en Japón). Aquí te damos 10 buenísimas razones para amarlas y una galería de fotos que te relajará nada más verla.
1. Un valor añadido para el bienestar
Está claro que si tu casa tiene bañera, se revaloriza. Y es que nada es comparable a llegar a tu hogar, tu refugio, tras un largo y duro día y poder darte un homenaje con una copa de vino, un baño de espuma, velas y música. Si la cosa se acompaña de unas vistas impresionantes, como estas, pasamos a un nivel superior, casi místico. Convierte la higiene en un placer.
2. Confort a los pies de la cama
Transforma tu dormitorio en una suite exclusiva colocando la bañera a los pies de la cama. ¿O no eres de los que cuando van a un hotel siempre piensan en darse un baño en sus exquisitas bañeras? Pues que no sea flor de un día y aprovéchate de este placer en tu propia habitación. De este modo, limpieza y descanso se asocian en el orden lógico de quehaceres cotidianos, como despertarse y prepararse para encarar el día de la mejor manera o bañarse e irse a dormir, todo a unos pocos paso y sin salir del mismo cuarto. En la galería de imágenes podrás ver cómo incorporar esta pieza en el dormitorio. Esta solución te enamorará.
3. ¡Son tan decorativas!
Las hay de un montón de formas y materiales, como se ha apuntado antes. También se pueden catalogar por su modo de instalación: exentas, empotradas o, incluso, a ras de suelo. Todo esto determinará el estilo decorativo del baño como pocas otras cosas. O si no, mira la tercera foto de la galería de imágenes y dinos si no es la protagonista absoluta y responsable del glamour que desprende ese baño...
4. Dale un toque vintage al ambiente
Está claro que si tu casa tiene bañera, se revaloriza. Y es que nada es comparable a llegar a tu hogar, tu refugio, tras un largo y duro día y poder darte un homenaje con una copa de vino, un baño de espuma, velas y música. Si la cosa se acompaña de unas vistas impresionantes, como estas, pasamos a un nivel superior, casi místico. Convierte la higiene en un placer.
Una pieza de este tipo es clave para determinar la estética de un baño y pueden encontrarse en almonedas y anticuarios. Requieren un desagüe a través de un tubo inferior visto, solo visible si te agachas. Y la grifería que suele acompañarla también va instalada a suelo, si es exenta, o como en una bañera convencional, si está adosada a la pared.
5. ¿Problemas de espacio?
Aaaaix, el eterno handicap... Si tu baño es mini pero no quieres renunciar a los placeres de una bañera, toma nota de soluciones dos en uno o de los modelos esquineros, que aprovechan mejor el espacio. Los principales fabricantes incluyen en sus catálogos modelos con muy diferentes medidas, para satisfacer las necesidades de cada uno. Así pues, podrás encontrar bañeras desde 90 cm o incluso optar por soluciones a medida, en este caso realizadas por un albañil. En la galería podrás encontrar un cuarto de baño no demasiado grande precisamente, pero que cuenta con bañera y ducha. ¡Toma ya!
6. Con hidromasaje, ya es la pera
Las bañeras que incorporan esta función sí que ofrecen un plus a la típica higiene. Son algo más: espacios terapéuticos que con la unión de aire y agua proporcionas unas burbujas que prometen tonificación o relajación muscular, mejora de la circulación sanguínea y beneficios sobre el estado de ánimo, como mitigación del estrés. Son un poco más caras que las convencionales, pero no requieren una instalación demasiado distinta. Algunas incluyen hasta cromoterapia. Todo un lujazo y ¡en casa!
7. Se funden con su entorno
Si, por el contrario, deseas que la bañera se camufle en el baño, hay numerosas opciones para revestir su cuerpo. Con tablones de madera, placas de mármol o otras piedras naturales, azulejos tipo metro microcemento para darle continuidad con el suelo... La paleta de revestimientos es amplia y determinará la estética del cuarto de baño. Mira sino en la galería de fotos y verán cómo una bañera típica, rectangular, se funde con el ambiente gracias a la madera.
8. En el exterior, lujo total
¿Te imaginas poder tener una bañera en la terraza? No es una idea tan descabellada, sobre todo en casas de verano donde desconectar es casi una obligación. Solo necesitarás un rincón especial, rodeado de árboles, por aquello de las miradas indiscretas, y una toma de agua instalada en ese punto precio. El uso y disfrute ya lo pones tú. Entra en la galería y disfruta del paisaje.
9. A ras de suelo
Esta alternativa de instalación requiere obra, pero aporta numerosos beneficios. El principal es que el baño se vuelve más amplio, al no tener un cuerpo que ocupan volumen dentro de él, y otro es más sensorial, relacionado con el ritual de limpieza de cuerpo y mente, en contacto con la tierra, practicado en Japón gracias al ofuro.
¿Que qué es? Siglos de tradición acompañan la agradable experiencia de ingresar a un ofuro; una bañera de agua caliente que nos invita a la relajación y a la purificación mental. Los primeros ofuro construidos fueron básicamente tanques ensamblados de madera de cedro, que al ser llenados con agua muy caliente dejaban salir el aroma de la madera. Dicho aroma, en conjunto con el agua a altas temperaturas, potenciaba las cualidades terapéuticas del baño. Actualmente los ofuro de las ciudades son bañeras rectangulares con agua caliente permanente. En la galería podrás encontrar una versión "a lo occidental" de este baño.
10. Con almacenaje
Si la estructura de tu bañera incluye estantes empotrados, podrás colocar allí, además de productos de higiene y belleza, libros y revistas para favorecer el momento lectura. ¡Qué placer! Además, no nos podemos despedir sin mencionar otra virtud de las bañeras, y es que resultan súper prácticas para los hogares con niños pequeños. El momento bañera con tu peque es irrenunciable, ¿o no?
Sumérgete en la galería de imágenes y date un buen baño de buen gusto con los ambientes que hemos seleccionado.