El armario es, sin duda, el mueble más voluminoso del dormitorio. Y aunque es habitual camuflarlo para restarle protagonismo, son muchas las opciones para sacarle más partido y convertirlo en una pieza decorativa por sí misma. Prueba de ello son esta selección que te invitamos a copiar.
1. Con frentes acristalados en aspa y visillos de lino
Los armarios con frentes de cuarterones son una apuesta clásica que nunca falla en el dormitorio. Si los eliges en aspa sumarás verticalidad al armario; y si quieres darle un toque más femenino y romántico, prueba a entelarlo. Basta con renovar la tela para estrenar armario. Si quieres que el conjunto sea más armónico, elígela a juego con las cortinas. Una alternativa más informal que no requiere mantenimiemto (la tela deberás lavarla de forma periódica porque, con el tiempo, acumulará polvo) es cubrir los cristales con papel pintado.
2. Tres armarios en "U" con pintura decorativa
Aunque no tiene ventanas, esta zona de vestidor en "U" tiene mucha luz y hasta la naturaleza incorporada". La luminosidad se debe a los espejos de su parte superior, y el toque natural, al papel pintado que rodea al armario y a las ramas que trepan por sus puertas. Si quieres copiar la idea, lo más fácil para pintar algún motivo en tu armario es usar plantillas de esténcil.
3. Armario y cabecero en uno
¿Quién dice que el armario debe estar empotrado o arrimado a la pared? Si los metros no son un problema en tu dormitorio, una solución tan práctica como decorativa es convertir al armario en falso murete que divide la zona de cama de la del vestidor. Además, al no llegar al techo, disfrutarás de luz natural en los dos ambientes. Mira nuestra galería e inspírate en la original solución con la que Pia Capdevila ha integrado el cabecero en el mismo armario. ¿Te atreves?
4. Un vestidor en "L" con sitio para él y para ella
La distribución en "L" es la más cómoda en una estancia cuadrada para planificar un vestidor compartido: aprovecha al máximo los metros, despeja el espacio central y cada miembro de la pareja tiene su propio módulo de armario. Para que sea más ligero, puedes pintarlo en blanco y combinar frentes ciegos con otros acristalados. Si no quieres que el contenido esté a la vista, puedes elegir un cristal translúcido o entelarlos.
5. Con frentes de espejo, más claridad y más espacio
Los espejos siempre son una gran idea para duplicar la sensación de espacio, ganar profundidad y claridad en estancias con pocas ventanas. En este dormitorio, la decoradora Mercedes Postigo los ha usado para cubrir los frentes del armario empotrado a pie de cama. En este caso, además de ganar más luz y metros, en la zona de vestidor los espejos son muy útiles a la hora de decidir qué ponerte y ver cómo te queda.
¿Quieres añadir un espejo? Lo más fácil es usar una lámina de espejo recortable. Se vende en rollos de 58 x 150 cm por 12 y es fácil de instalar. Haz la prueba primero en un mueble auxiliar.
6. Hasta el techo y del mismo color que la pared
Una gran manera de integrar el armario en el dormitorio es pintarlo del mismo color que el resto del habitación, sobre todo si es grande y las paredes llegan hasta el techo. Ocupará menos visualmente si, además, pones unos tiradores discretos. ¡Tachán! ¿Dónde está el armario?
7. Con grandes cajones, para un dormitorio infantil
Un armario infantil debe incluir soluciones fáciles de usar por los niños, que les permitan ordenar su habitación. Por eso, colocar cajones en la zona baja, más accesible para ellos, sin tiradores y fáciles de abrir, es un acierto.
Todo en orden. Los cajones grandes, de unos 50 cm de ancho x 35 de alto, son perfectos para guardar desde juguetes hasta libros o ropa. Cuantos más tenga mejor: todo lo que está dentro de un cajón no queda a la vista y no crea sensación de desorden.