Mantener la casa en orden es un reto constante. Cuando parece que por fin hemos acabado de organizarlo todo, ya hay que volver a empezar de nuevo. No desfallezcas: no eres la única persona a quien le ocurre. Lo que necesitas no es solo ordenar, sino encontrar la fórmula para que este orden se mantenga. Y eso no solo es una cuestión de rutinas. También necesitas los elementos y accesorios perfectos para tener cada cosa en su sitio. Mira estos tres casos prácticos con fotos de antes y después, y toma nota de todos los consejos de la interiorista Olga-Gil Vernet. ¡Es una experta!
Un despacho ordenado es posible
Parece un reto permanente: a la que nos descuidamos, la mesa desaparece bajo pilas de papeles y los estantes están tan llenos que amenazan con caérsenos encima.
La cosa se complica aún más si la zona de trabajo ocupa un lugar en el salón o en la entrada de la casa, como sucede en este caso... Pero, a grandes problemas, grandes soluciones: la interiorista Olga Gil-Vernet optó por convertir en estudio dos de los tres cuerpos de un completo armario –el tercero sirve de zona de almacenaje extra– y 'esconderlo' tras unas prácticas puertas correderas cuando no está en uso.
“Con una profundidad de 60-65 cm puedes colgar ropa e integrar una mesa cómoda para trabajar, mientras que para mantener los papeles en orden con archivadores es suficiente con colocar baldas de 30 cm de fondo y unos 40 cm de alto”, asegura la interiorista que aconseja “los sistemas de estantes regulables para aprovechar mejor el espacio”.
Que desaparezca detrás de unas puertas –lacadas en el mismo color de las paredes para reducir su impacto visual– no es excusa para que el contenido del despacho esté desordenado. Los archivadores –para revistas, papeles y carpetas– y las cajas –para los objetos más pequeños– son los grandes aliados de este tipo de espacios.
Combínalos tanto entre sí como con el resto de la estancia, ya que coordinar aporta orden, y ten en cuenta que los tonos claros potencian la sensación de luminosidad y amplitud. Aquí encontrarás más ideas para poner orden en el estudio.
De 'leonera' a armario ejemplar
El armario de los peques no solo debe tener un equipamiento funcional, sino también adaptarse a su altura y favorecer su autonomía con elementos que les ayuden a encontrarlo todo (y volver a guardarlo) solos.
En este caso, Olga empezó dedicando una estantería para cada tipo de prenda (pantalones, jerseys, camisetas...), además de dejar una zona para chaquetas, camisas y prendas que van mejor colgadas.
Los estantes dedicados a las piezas más pequeñas, como ropa interior, calcetines y accesorios, se completaron con cajas con separadores, muy útiles tanto para organizarlas como para enseñar a los niños a guardar.
Las cajas transparentes son perfectas para ver de un vistazo su contenido –sobre todo si están en los estantes más altos y de difícil acceso–, al igual que las cestas de rejilla, fáciles sacar y meter.
Y, para todo eso que acaba amontonado por cualquier lugar (cinturones, accesorios para el pelo, gafas de sol...), nada mejor que un clasificador de bolsillos que aproveche el interior de la puerta del armario.
Librería y mucho más
El salón comedor es, hoy día, el espacio más polivalente de la casa: a sus funciones 'clásicas' añade a menudo las de ser un espacio para trabajar, hacer los deberes, jugar, leer... Un mueble a la medida de todos estos usos resulta imprescindible para responder a todas las necesidades que plantean sin morir en el intento –o lo que es lo mismo, pasarse el día llevando cosas de un sitio para otro–.
Las estanterías son piezas muy versátiles que aún pueden serlo más con los complementos adecuados.
Combinar estantes abiertos con otros cerrados con puertas permite mostrar u ocultar los distintos elementos: libros, fotos, plantas y objetos decorativos, a la vista; vajilla o cristalería, mejor protegida tras unos frentes ciegos o acristalados.
Las cestas –mejor todas iguales para potenciar la sensación de armonía– son perfectas para guardar manteles y complementos que se usan solo en momentos puntuales, como reuniones familiares o con amigos, así como para recoger rápidamente los juguetes que los niños han dejado esparcidos por todas partes. Puedes combinarlas con algún otro contenedor más pequeño aunque “el secreto –tal como dice Olga– es no mezclar colores ni materiales, ni acumular cajas sin sentido: guarda solo lo que uses y en el mismo tipo de almacenaje”.
No descuides el aspecto decorativo: las fotos, con el mismo estilo de marco; y las plantas, con tiestos coordinados. “Si colocas unos libros en vertical y horizontal no solo evitarás la sensación de 'biblioteca' sino que crearás distintas alturas para poner fotos y complementos”, es el consejo final de la experta.