El salón con comedor de Ana Isabel tenía luz y metros, pero su decoración estaba a medio terminar. Ahora, después de que la estilista y el equipo de El Mueble pasaran por su salón, es todo lo que su propietaria había soñado: que fuera un salón comedor... ¡de revista!
"Estoy llena de dudas con mi salón. Lo he resuelto de una forma muy provisional y quisiera decorarlo como Dios manda de una vez”. Con estas palabras nos pedía consejo Ana Isabel en la carta que acompañaba a sus fotos. La verdad es que el salón con comedor tenía mucho espacio y luz.
El problema residía en el mobiliario y en la sensación general de espacio sin terminar. El punto de partida fue el mobiliario: para el salón elegimos muebles importantes –un chéster y una chaise longue–, capaces de transmitir la elegancia buscada. “Rescatamos algún mueble auxiliar, como el baúl situado junto a las puertas del balcón y la cómoda”, nos cuenta Flavia, nuestra estilista. “Además, sustituimos los cuadros pequeños de la pared por dos más abstractos y grandes sobre el sofá y colocamos un espejo encima de la chaise longue”. El cambio fue asombroso, el ambiente adquirió fuerza, y la improvisación dejó paso a una decoración esmerada. El siguiente paso era el comedor. El cambio se logró gracias a una vitrina de Roche Bobois. Pero Flavia propuso una nueva vuelta de tuerca y cubrió todas las paredes con una pintura de Bruguer de un suave verde oliva, el último responsable de la transformación.
"¡Es otro salón!"
La transformación ha sido espectacular. El verde oliva de la pintura de Bruguer suaviza la luz volviéndola cálida. La preciosa vitrina, de Roche Bobois, transforma del todo el comedor sin apenas restar metros, ya que aprovecha el entrante de la pared. Las cortinas de Ikea, las barras de Ferreteria Ortiz y los cojines de Yute’s, son la nota final.
¿Te gusta el verde oliva que eligió Flavia para las paredes? ¡Déjanos tus comentarios!
Volver al Especial 'Salones con comedor renovados por El Mueble'.