Hay muchas versiones sobre el origen del calendario de adviento, aunque una de las más extendidas se remonta al siglo XIX en la Alemania protestante. Los niños encendían una vela por cada domingo del periodo de Adviento, que solía comprender cuatro semanas, hasta el día de Nochebuena. Esta cuenta atrás hasta el día de Navidad se mantuvo aunque la manera de expresarse se fue transformando adquiriendo el formato de calendario per se.
Hoy en día se han popularizado y exportado los calendarios de adviento seculares, que empiezan el 1 de diciembre y terminan el 24 o el 25, según la modalidad. Aunque los primeros calendario de adviento que se comercializaron solían ocultar tras cada ventanita una chocolatina, hoy en días las posibilidades son infinitas.