Hoy en día parece que el mundo entero se ha vuelto loco con el orden y sí, está bien eso de tener las cosas colocadas, de que la armonía fluya gracias a él, que nuestra casa parezca recién salida de un catálogo, pero el problema viene cuando eres una persona desordenada por excelencia, entonces todos esos trucos y la filosofía zen te parecen de otro mundo.
A todos nos gusta disfrutar de los beneficios del orden en casa, lo que sucede es que a veces parece demasiado complicado, sobre todo cuando la cosa ya se ha salido de madre.
Todos los expertos coinciden en que la clave radica en seleccionar muy bien las cosas que entran en tu casa. Ser muy estricto a la hora de hacer limpieza y quedarte solo con aquello que realmente te hace feliz.
Para Albert Andrés, socio de Organizarse.es y Presidente de AOPE (Asociación de Organizadores Profesionales de España), el problema llega más allá de lo que a simple vista puede parecer: “El desorden es como un iceberg. El peligro no es lo que está a la vista, sino los problemas que nos genera, y que no vemos, tales como ansiedad y mal humor.
Y esto es cierto, ya que el desorden y ciertas alteraciones en el comportamiento van muy ligados y al final generan un círculo vicioso difícil de romper: el desorden puede causar depresión o ansiedad, los cuales se ven potenciados por el mismo desorden.
Otra de las consecuencias negativas del desorden pueden ser el estrés, la desconcentración e incluso nos puede llevar a retrasar asuntos pendientes o toma de decisiones. Así que conviene ponerse manos a la obra e intentar cambiar de hábitos, al fin y al cabo somos capaces de hacerlo, de aprender nuevas formas de comportarnos y con más razón cuando va a ser tan positivo para nosotros.
Adelaida Gómez, de Orden Studio nos comparte los que, a su parecer, son los 3 puntos clave para lograr convertirte en una persona ordenada:
- Toma de conciencia: Pararse a entender el por qué soy desordenado. Buscar la respuesta, el origen del por qué te comportas de esta manera, te ayudará a resolverlo de forma definitiva y no superficialmente o por un tiempo limitado.
- La toma de conciencia: Traslada el problema del desorden a nuestra persona y hacernos estas preguntas: ¿Qué aspectos de mi, sí que funcionan en cuanto al orden y la organización? ¿Que áreas quiero mejorar? ¿Soy igual de desordenado en todo?
- Márcate un objetivo claro y realista: ¿Qué es lo que quiero conseguir exactamente? Ponerte una meta que sea lo más concreta posible y que además sepas que puedes cumplir, es básico para poder alcanzarla en relativamente poco tiempo y con una cierta facilidad. Esto nos asegura el éxito y nos dará la confianza necesaria para sentirnos capaces y obtener una buena inyección de autoestima. Así podremos seguir avanzando.

Finalmente, Vanesa Travieso de Ponorden nos invita a compartir nuestra experiencia con amigos. No te aísles, habla de tus limitaciones y escucha lo que tienen que aportar, los trucos que utilizan ellos tal vez puedan serte útiles y descubrirás que no eres el único que sufre con la organización de la casa.