Y tres consejos más que vale la pena seguir. Ahí van:
1. Rodéate de gente ordenada No hace falta que sea un home organizer profesional, claro, pero seguro que tienes ese amigo que no sabes cómo se lo hace pero siempre tiene su casa en perfecto estado de revista. Invítale a cenar y que te cuente sus secretillos. Quizás hasta se animará a arremangarse y echarte una mano.
2. Acaba el trabajo Cuando hagas limpieza, si "inauguras" una bolsa de ropa para dar o de objetos para regalar, no la dejes aparcada en el recibidor de casa. Nicole Anzia aconseja coger la bolsa de inmediato y llevarla donde haga falta o dejarla preparada en el coche en caso de que debas utilizarlo. El trabajo hay que "cerrarlo" para que ordenar acabe siendo una experiencia redonda y placentera.
3. Acepta que la perfección no existe Los armarios que aparecen en los catálogos están hechos a propósito. ¿Lo sabes, verdad? No existen en la vida real. Así que no busques esa perfección sino el orden que te va bien a ti para tu día a día.
El desorden estresa y siempre parece más inabarcable de lo que realmente es. Utilizar estas técnicas nos ayudará a ver que el león no es tan fiero como lo pintan y que en unos minutos diarios podemos tenerlo perfectamente domesticado.