1. Empieza con un mapa
Antes de empezar a colocar muebles, coge una libreta y un lápiz. Dibuja un pequeño mapa y divídela por zonas: espacio de relax, área de agua o el lugar donde comer. Haz tu lista de imprescindibles y vacía el maletero del coche para ir de compras.
2. Llénala de colores, de vida
¡Arriesga! ¡Sé atrevida! Elige tonos vivos e intensos que te recuerden que estás en verano. Quizá puedes pintar una pared de rojo pasión o poner cojines con estampados atrevidos. Los muebles de colores y las flores y plantas también te pueden ayudar a llenar la terraza de color. ¡Creatividad al poder!
3. A la luz de la luna y... ¡De las velas!
Antorchas de pie, farolillos, portavelas o candelabros, cualquier opción es buena. Aportan calidez, generan un ambiente íntimo y muy agradable. Colócalas en grupos para crear puntos de iluminación en las diferentes zonas. ¡Y no te olvides de poner alguna vela de citronella para ahuyentar a los mosquitos!
4. Sin muebles
Seguro que te estás preguntando “¿Y cómo lo hago?”. La clave pasa por hacerte una terraza de estilo chill-out con cojines o pufs, que puedes usarlos como mesa o para sentarte. Otros elementos que no puede faltar son una hamaca, una zona de césped para estirarte y alfombras de fibra natural para ir descalza.
5. Unas vistas a tu medida
Si lo tuyo es el bricolaje, coloca unas celosías y elige una variedad de planta trepadora como la hiedra o la buganvilla para dejar de ver la pared gris del edificio de enfrente. Eso sí, tendrás que esperar un tiempo a que crezcan. Otra opción son las cañas de bambú, muy resistentes y con un toque rústico.
6. Ríndete al sol y a la buena vida
Unas hamacas son la opción ideal y más cómoda. Pero si no tienes espacio suficiente para ponerlas, las paredes serán tus aliadas ya que puedes instalar una que sea colgante. Las butacas de mimbre o una zona con alfombra y cojines son otra opción donde relajarte.
7. Cultiva plantas aromáticas
Elige un rincón y pon una mesa con cuatro o cinco macetas con plantas aromáticas variadas como la lavanda, el romero o la salvia. Aportarán un perfume fresco y agradable y te invitarán a salir y relajarte. También puedes cultivar orégano, tomillo y albahaca para aderezar los platos de tus cenas en la terraza.
8. Recógela en un abrir y cerrar de ojos
Instala cofres y baúles en diferentes rincones o bien un mueble alto y estrecho si tienes espacio. Guarda en su interior cojines, hamacas, velas y todo aquello que se pueda estropear si se queda a la intemperie y en algún momento cae una inesperada tormenta de verano.
9. Aprovecha al máximo el tiempo libre
No vale tener una terraza las 24 horas a tu disposición y no sacarle el máximo partido. Si no lo haces tú, tus amigos serás los encargados de marcar tu agenda. Así que empieza a pensar en todas aquellas actividades que te gustaría hacer sola, en petit comité o en grupo y organízalas al detalle.
10. ¡No te olvides de la barbacoa!
Verduras a la brasa, parrillada de carne, pescado asado… ¡Seguro que se te hace la boca agua pensando en los platos que les harás a tus invitados! Colócala en un rincón donde los humos no entren ni en casa ni tampoco molesten a los vecinos para evitar problemas y bon appétit!