Las personas verdaderamente ordenadas no tienen "imanes de desorden" en casa. Es decir, evitan muebles u objetos que atraigan la desorganización o dejen caer en la tentación de la acumulación (archienemiga del orden). Has podido ver diez ejemplos de ello, pero nos atrevemos a ampliar la selección.
Y es que alguien que ama el orden tampoco tendría un centro de ocio o lo que es lo mismo: el mueble del televisor lleno de aparatitos, que si el router, que si la play, que si un disco duro… Nada de eso. En el mueble del salón hay solo el televisor y el resto, oculto. Aquí tienes consejos para organizar esta zona con éxito.
Si llevas el orden por bandera, asegúrate que en tu casa tampoco hay un excedente de peluches. ¡Son auténticos atrapapolvos! Por no hablar del sitio que ocupan. Haz una cuidada selección y pon a los afortunados en un cesto o caja de tela, para que tus hijos los tengan a mano, sí, pero también recogidos.
Y es que el punto clave en esto del orden es decirle no a la acumulación de cualquier tipo. Tener más especias que un mercado árabe en la cocina te delatará como cocinillas, pero no como persona ordenada. Guarda solo las que utilizas y, por supuesto, perfectamente organizadas en un cajón con separaciones para cada bote (que queden sujetos) o un estante específico para ello sobre la zona de cocción.
Otra cosa que una persona ordenada jamás tendría son cables para cablear la línea del AVE. ¿Necesitas soluciones permanentes para disimular tus cables? Píntalos del mismo color que la pared para integrarlos o cúbrelos con mucho estilo gracias a las molduras decorativas. Hay zócalos, cornisas y molduras que están preparadas para ocultar cables al mismo tiempo que decoran.
Guardar papeles de regalo en retales imposibles (mejor tener un rollo de papel de embalar liso que puedas decorar a tu antojo y ya) o tener más maquillaje que Eva Longoria son otras de las cosas que evitar si quieres alzarte con el título de Master en orden.