¿Te suena esta situación? No tienes una lista de la compra, vas al supermercado, echas un vistazo en la nevera, en la despensa y en el baño para ver qué falta y con eso, te lanzas a hacer la compra semanal. ¿El resultado? Compras innecesarias y olvidos que se traducen en una pérdida de dinero y de tiempo.
Una lista de la compra te ayuda a una despensa en orden, lo cual favorecerá hábitos más saludables.
¿Por dónde empezamos?
Antes que nada, necesitas hacer un buen repaso a tu despensa. La italiana Roberta Schira, en su libro "La alegría del orden en la cocina" comparte sus consejos para lograr una despensa más ordenada y con ello, una mejor organización de nuestra economía familiar, una alimentación más saludable y balanceada, y una gestión más óptima de nuestro tiempo.
Roberta nos dice que, para comenzar desde cero, hay que vaciar la despensa: "Piensa en tu despensa como si fuera tu armario." Lo primero es sacarlo todo y ponerlo sobre la mesa. Una vez lo tengas todo a la vista, revisa lo que sirve, lo que no, lo que se ha terminado... después, puedes categorizar y agrupar por estantes tus alimentos.
Aprovecha para hacer un inventario de lo que tienes, de sus fechas de caducidad y de lo que necesitas reponer. Conviene que actualices este documento constantemente. No te compliques, con tener a la vista algunas hojas o una pizarra en la que ir apuntado, será más que suficiente.
¿Otra idea? Si no eres de papel, hacer listas en el teléfono también puede ayudarte. Apps como Grocery List están pensadas para eso.
Así tendrás la despensa perfecta.
Ejemplo de una lista de la compra
• Sal fina y sal gorda
• Azúcar
• Aceite de ensalada y de freír
• Vinagre de vino y balsámico
• Harina
• Dos tipos de arroz
• Dos o tres tipos de pasta
• Tomate frito o triturado
• Atún o bonito en conserva
• Dos tipos de legumbres (garbanzos, lentejas) secas
• Dos tipos de legumbres (guisantes, alubias) en conserva
• Galletas
• Pan de molde
• Leche
• Zumos...
Ahora, ¡añade tus caprichos!