Este porche vive los veranos intensamente. Su situación privilegiada, en un acantilado con unas vistas impresionantes a las playas de Formentera, y su amplitud, con varias zonas de estar y un gran comedor, lo convierten en la estancia con más actividad de la casa.
Vistas panorámicas
Espacio no le falta, un gran banco de obra recorre todo el perímetro y puede acoger hasta a 30 personas. “Antes de reformarlo –explica Estela Gómez Lupión, responsable del proyecto– el porche tenía un pilar en el centro que cortaba la vista. Lo que hice para tener una visión panorámica fue suprimirlo y reforzar la cubierta con una jácena más gruesa que se apoya en dos pilares. Ahora, en los días despejados, se ve Ibiza”, nos cuenta.
Tradición blanca
La decoración, en blanco y tonos arena, respeta la tradición de la isla: el blanco de las paredes encaladas está presente en pilares, persianas de madera y hasta el sobre de cañizo, mientras que los tonos arena y miel vienen de la mano del suelo de microcemento, las colchonetas de lino, confeccionadas con antiguos sacos de harina, y los detalles de fibras y madera. “Todos los materiales son naturales: cañizo, fibras, madera, linos... para no desentonar con el entorno. Hasta el microcemento, que ahora está de muy de moda, es en realidad una solución tradicional para un suelo cuando no se puede recurrir a la cerámica”, dice Estela. La nota más intensa la ponen cojines, jarrones y copas en azul (índigo, turquesa, añil...) que acercan el porche un poco más al mar Mediterráneo.
Decorado con materiales recuperados
- Cojines con historia: Las colchonetas son antiguos sacos de harina y los cojines azules están confeccionados con telas de camisas masculinas.
- Luz invisible: El porche está iluminado con apliques de obra integrados en los pilares. Además, la lámpara con tela de gallinero no tapa las vistas.
- Detalles artesanales: Los cestos de ratán, las persianas de madera, el techo de cañizo... muchos elementos están elaborados de forma artesana. Y tradicionalmente, las paredes se encalaban para sanear los muros.