"Hicimos reformas en casa y quisimos transformar también la terraza. Por eso, apostamos por el blanco y por materiales nobles”. Su propietaria es una apasionada de la decoración y tenía muy claro cómo quería que fuera el exterior: “Luminoso y relajante”.
Con la ayuda del equipo de L’Estudi convirtió una terraza urbana oscura revestida con madera de ipe en un luminoso oasis. “Intentamos aprovechar el máximo de elementos que ya había”, por ejemplo la tarima de madera de ipe y las jardineras. Al pintarlas de gris claro, la terraza cambió por completo y ganó mucha luz.
Planificado a medida
Los muebles se sustituyeron por piezas a medida para despejar el espacio. En el estar, un banco en “L” aprovecha el ángulo y, en el comedor, la mesa se arrimó a las jardineras y se optó por bancos en lugar de sillas. “El comedor tiene sombra gracias a una pérgola metálica cubierta con brezo, que mantiene el frescor”, nos explica. Para aislar la terraza colocaron, en vertical, lamas de madera de pino prensado. En uno de los laterales del estar, además, se crearon unas originales “cortinas” con piedras de río, “copiamos la idea de un hotel, nos pareció que le daba un toque zen”.
Los textiles y las plantas ponen la nota de color y frescor en la terraza. “Elegimos plantas aromáticas y enredaderas para darle un poco de vida. Ahora solo falta que la hiedra cubra la pared de ladrillo”. Y para las largas noches de verano, la terraza se iluminó con guirnaldas de bombillas de extremo a extremo y con alguna jardinera retroiluminada, “que crea una luz tenue, muy romántica”.
Brezo y madera
La pérgola recubierta de brezo protege la mesa del sol directo pero permite que el aire circule. Las lamas de madera de pino prensada dan más intimidad.