Este es el jardín de Cal Ritu, una masía situada en el pueblecito medieval de Riumors, en la comarca del Alto Ampurdán, en Gerona. Esta zona de fértiles tierras de cultivo, espesos bosques de pino y atardeceres de luces suaves es un lugar muy cotizado para tener una segunda residencia, en especial para los barceloneses que desean escapar de su densa ciudad durante los fines de semana.
Agustí, el propietario de esta casa, llevaba veinticinco años viviendo en Barcelona, y desde hacía mucho, soñaba con tener su rincón en el Empordà. Su prima le facilitó su sueño: "ella había visto una casa grande en Riumors, una masía de toda la vida que entonces estaba en las afueras del pueblo. La compraron ella y un promotor, y se dividió en tres partes, con escrituras independientes”. Cuando a Agustí le ofrecieron adquirir una parte, no pudo decir que no.
“Toda la casa era una ruina, pero tenía muchas posibilidades”, recuerda este barcelonés. Agustí planificó la nueva vivienda a su gusto, con mucho cariño e ilusión, y los mejores materiales. “No quise lujo, pero sí calidad”, puntualiza. El proyecto y las obras duraron dos años, y durante todo ese tiempo Agustí dibujó muchas “rayas”, como dice él, e hizo muchos números. También consultó decenas de revistas de decoración. “Creo que me compré unas trescientas –explica–. La verdad es que me proporcionaron muchísimas ideas”.
El área de jardín corresponde a la vivienda de su prima, pero lo disfrutan ambas familias. Una alberca a modo de piscina, un porche y un buen trozo de césped hacen las delicias de ambos primos. Agustí tanto lo disfruta, que se ha trasladado a vivir al campo de forma definitiva.
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