¿Triste porque se acaban las vacaciones y el verano empieza a hacer las maletas? ¡Pues ni hablar! Organiza una gran fiesta con tus amigos en una mesa llena de color. Es el mejor modo de disfrutar el verano hasta el final y superar la depresión post-vacacional.
Aprovecha los últimos días del jardín, el porche o la terraza y organiza una gran fiesta como esta que hemos montado en un jardín del Empordà. Hemos elegido la mejor ubicación para la mesa: una zona elevada a la sombra de una frondosa morera que, en verano, regala frescor y, en invierno, deja pasar los rayos del sol.
Para la reunión familiar hemos llenado la mesa de color. El punto de partida han sido los individuales en rosa y turquesa que comparten estampado floral. Sobre ellos, hemos combinado vajillas de distintos colores (verde, rosa, tostado...), vasos de cristal amarillo, cubiertos de nácar y un original centro de mesa a base de botellas antiguas decoradas con papeles de colores y cintas. Y para saber dónde se sienta cada uno: unas pizarras enmarcadas con washi tape (papel adhesivo japonés).
Por si hay invitados imprevistos, hemos duplicado las plazas de asiento acompañando las sillas de ratán patinado con un amplio banco de madera. Gracias a él, donde comen dos caben, en realidad, cuatro. Para hacerlos más cómodos y darles color, los cojines de su respaldo repiten los tonos de la mesa –verde, rojo, rosa...– y mezclan estampados florales con tela Gudri, procedente de la India.
Mientras se acaban los últimos preparativos, las niñas juegan en su casa de muñecas o improvisan un picnic en el jardín. Se acerca la hora. La mesa ya está lista para decir hasta pronto al verano y dar la bienvenida a la nueva estación.